El ‘hotel boutique’ de Benimaclet reabre el debate del modelo turístico

Benimaclet contará desde septiembre de 2024 con un ‘hotel boutique’ en su núcleo histórico. Actualmente se están ejecutando las obras para transformar el edificio centenario contiguo al Centro Instructivo Musical, en la calle Barón de San Petrillo, en un hotel de estas características.

El destino de este edificio ha sorprendido al vecindario, que pensaba que iba a ser una residencia para estudiantes, y ha reabierto en Benimaclet el debate sobre el modelo turístico de un barrio donde el precio de la vivienda no para de crecer. De hecho, su fachada ha aparecido esta semana manchada con pintura de varios colores.

Así será el nuevo hotel

El nuevo establecimiento hotelero de Benimaclet es una iniciativa de la cadena Bypillow, que cuenta con 21 hoteles en España y ha elegido nuestro barrio para abrir su primer hotel en València. Uno tipo ‘boutique’, como denomina a sus hoteles urbanos de diseño, a los que califica de «bonitos y coquetos».

El Bypillow Sinfonía, que así se denominará, tendrá 34 habitaciones -dobles y de dos camas individuales con balcón- y un “acogedor patio interior”, según explica la propia cadena, que califica de “fantástico” el interiorismo, fruto de la colaboración con el despacho de arquitectura studio hc.

El nuevo hotel conserva elementos de la finca original, como la fachada principal, carpinterías de madera y suelos hidráulicos. “Hemos transformado un edificio centenario en un oasis moderno y acogedor, conservando elementos originales que cuentan la historia de la ciudad”, sostiene Bypillow, que califica de «vibrante» al barrio de Benimaclet.

La gestora Bypillow, que nació en 2010 y está llevando a cabo un plan de expansión, considera que ha elegido para su llegada a València una ubicación “perfecta”, a “pocos pasos” de “lugares icónicos y la dinámica vida cultural y gastronómica de Valencia”.

Un edificio centenario

Pero hagamos un poco de historia sobre el edificio de planta baja y dos alturas que alberga el futuro hotel en lo que hace décadas era la calle Valencia de Benimaclet -desde 1956 es la calle Barón de San Petrillo– y del que os mostramos más abajo una imagen antigua recuperada por el CIM.

En sus bajos había varios comercios, como ‘casa Calás’, una pequeña tienda que vendía bombillas y reparaba radios, de la que nos ha facilitado una publicidad del año 1944 nuestro vecino Toni Máñez, gran conocer del pasado de Benimaclet.

Allí estaba también la peluquería de Juan, que la mantuvo hasta que se jubiló. Y los recreativos Navarro, que ocupaban una planta baja alargada donde los chavales del barrio echaban horas jugando al futbolín, al billar o al ping pong y donde con el paso del tiempo se incorporaron “máquinas más modernas”.

Así lo recuerda Toni Máñez, quien cuando tenía entre 12 y 16 años era uno de los habituales del local. Durante los meses de Pascua a septiembre las mañanas de los domingos se iban a la playa, pero el resto del año la chavalería del barrio se las pasaba en los recreativos Navarro.

Toni explica a Disfruta Benimaclet que allí hacían pequeños campeonatos o apuestas, en los que se jugaban “un Winston o un paquete de pipas” por partida que compraban en la paraeta que tenía el local nada más entrar a mano izquierda.

Desde hace más de una veintena de años el edificio se fue deshabitando, sus bajos comerciales cerraron, y comenzó su deterioro. Ya en la última década algunas de las casas fueron okupadas, nos cuenta el portavoz de la asociación vecinal, Paco Guardeño, quien precisa que los okupas “fueron desalojados sin crispación alguna justo cuando comenzaron las obras de rehabilitación”.

El debate sobre el destino del edificio

Desde la asociación vecinal de Benimaclet confiaban en que esa rehabilitación estuviera encaminada a recuperar viviendas para ser habitadas en régimen de propiedad o de alquiler. Luego llegaron los rumores de que el edificio se iba a destinar a residencia de estudiantes. Y finalmente se ha confirmado que acogerá un hotel ‘boutique’.

“Ha sido otra ocasión perdida más para ser recuperado como vivienda habitual”, lamenta Guardeño, quien señala a Disfruta Benimaclet que la asociación vecinal no está “en contra del turismo como tal”, pero sí del “turismo desbocado” que caracteriza a muchas ciudades.

Alerta de que en los últimos dos años Benimaclet ha comenzado a padecer, igual que otros barrios céntricos de València, una proliferación de viviendas turísticas que está provocando, al margen de molestias y conflictos vecinales, una “especulación salvaje con la consiguiente subida de los precios de la vivienda y bajos comerciales”, que expulsa a parte del vecindario asentado en el barrio e imposibilita el acceso a la vivienda de la gente joven.

A juicio de Guardeño, lo que Benimaclet necesita, más que un ‘hotel boutique’, es vivienda a precios asequibles para ser habitadas de manera regular por familias, o jóvenes en edad de independizarse, así como diversos equipamientos públicos.

Desde Cuidem Benimaclet se considera que la construcción de este hotel es «un paso más en el proceso de gentrificación» que padece Benimaclet, en el que incluyen también el futuro PAI, por el que «se extraen los recursos del barrio para el enriquecimiento de unos pocos», cuando lo que necesita el barrio es alquileres más asequibles y vivienda pública.

«Se nos dice que el barrio está colapsado y que se necesita construir nueva vivienda, pero a la par se dan permisos en edificios de viviendas históricos para hoteles. De esta manera se expulsa al vecindario y se empobrece el tejido social de Benimaclet«, explica a Disfruta Benimaclet esta plataforma, que asevera: «València no soporta más turismo y Benimaclet no soporta más especulación«.

Finalmente, la asociación cultural Poble de Benimaclet ha indicado que se puede estar a favor o en contra del nuevo hotel, pero ha criticado “el vandalismo incívico” en forma de pintadas en este edificio “emblemático”, lo que en su opinión evidencia “la incultura de sus autores”.