La Navidad ha llegado ya a Benimaclet, como habréis podido comprobar si os habéis dado una vuelta por el corazón del barrio: este año se ha unido al árbol navideño gigante de la plaza un belén con figuras a tamaño natural. Pero hay más belenes que no os podéis perder, así que en Disfruta Benimaclet os proponemos un paseo navideño por Benimaclet.
Belén al aire libre de tamaño natural
Empezamos por la Plaza de Nuestra Señora de la Asunción, el centro neurálgico del barrio, donde por primera vez se ha plantado un belén de tamaño natural. Ha sido una iniciativa de la Cofradía del Cristo y de los Santos Patronos de la parroquia, que han recurrido al artista fallero Ramón Espinosa y al carpintero del barrio Pedro Mascarell para que crearan este nacimiento, instalado junto a la fuente circular.

«Nunca se había hecho algo así en Benimaclet», explica a Disfruta Benimaclet el síndic de la Cofradía, Paco Cuenca, quien precisa que las figuras no se han elaborado con cartón piedra, sino con fibra de poliéster, para que puedan durar varios años. La intención es plantar este belén todas las Navidades en la plaza, e incluso ir ampliándolo cuando sea posible.
La idea de crear este nacimiento surgió durante la pandemia, cuando la Cofradía se hizo cargo de organizar las fiestas patronales y al finalizar quedó algo de dinero. Pensando en qué se podría emplear surgió esta idea, que finalmente se ha hecho realidad después de un tiempo en el que se han reunidos los fondos necesarios.
Las cinco figuras que conforman este nacimiento (la Virgen María, San José, el Niño Jesús, la mula y el buey) quedaron instalados el Día de la Inmaculada, entre villancicos cantados por el coro y los niños y niñas de la primera comunión, y se podrá ver hasta el 7 de enero.
Tres meses de trabajo
Unos tres meses ha costado confeccionar estas figuras, según nos cuenta el carpintero Pedro Mascarell, quien desvela que si San José y la Virgen estuvieran de pie medirían 1’70 o 1’80 metros de altura. Él se ha encargado de confeccionar el esqueletaje de las figuras -como anteriormente se hacían los ninots de las fallas- y el portal que las acoge, al que ha dado un aspecto rústico para que parezca viejo, mientras que Ramón Espinosa ha hecho el modelado.
«Si no hay vandalismo, estas figuras pueden durar quince o veinte años«, asegura Pedro, quien durante muchos años trabajó en la carpintería Vicente Espí de Benimaclet para luego dedicarse más a la decoración y a los eventos en Feria Valencia. Señala que es la primera vez que participa en la creación de un belén a tamaño natural, aunque tiene experiencia en carpintería fallera y no pudo decir que no cuando le hicieron esta propuesta.
La intención es poder incorporar en un futuro más figuras, como podrían ser unos pastores o los Reyes Magos. Mientras tanto, el 4 de enero Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar se desplazarán hasta esta plaza de Benimaclet para que los niños y niñas del barrio les entreguen sus cartas frente al belén y luego puedan disfrutar de un chocolate caliente, gracias a la colaboración de la Cofradía y la asociación de comerciantes Benicomerç.
(Tras la publicación de este artículo, el Niño Jesús fue robado del pesebre, solo seis noches después de la instalación del Belén al aire libre. Se ha colocado una nueva figura y se han adoptado medidas para intentar evitar un nuevo episodio de vandalismo).

El belén artesano de la parroquia
Vamos ahora a por un segundo belén. Frente a este nacimiento de tamaño natural, en el interior de la iglesia podréis encontrar un belén obra de quienes hasta hace unos años plantaban uno monumental en la calle Puçol, la que da a la iglesia.
Ese grupo de belenistas, que según precisa el síndico de la Cofradía están intentado volver a retomar esa iniciativa, son los responsables del belén más modesto que está instalando al fondo de la parroquia, a mano derecha una vez pasada la Capilla del Cristo.
Algunas de las figuras de este belén tienen movimiento, como la lavandera que está secando a un bebé, y no falta la iluminación, como la del fuego de la castañera. Está compuesto por varias escenas, que comienzan con la profecía de Isaías, hasta llegar al nacimiento y la cabalgata de los Reyes. Y además, a los pies del altar podéis contemplar un nacimiento con figuras de gran tamaño.
Antes de dejar la plaza, nos queda por contemplar el cono de cinco metros de altura con motivos navideños que simula un gran árbol de Navidad y que desde hace unos años instala aquí el Ayuntamiento de València. Es uno de los árboles gigantes que se colocan en catorce barrios de la ciudad, y que os gustará mucho más si lo veis iluminado por la noche.

El belén monumental de una hermandad
Vamos ahora a por el tercer belén, al que llegamos andando en cinco minutos desde la plaza: solo hay que coger la calle Puçol, seguir por Masquefa y en la avenida Valladolid girar a la derecha para llegar a la plaza Amparo Arce. Aquí está la sede de la Hermandad de las Santas Alodia y Nunilón, que forma parte de la parroquia de la Asunción.
Y es aquí donde desde hace tres años se monta un belén monumental de unos 35 metros cuadrados en el que no faltan luces, agua y movimiento, y en el que aparecen también algunos lugares de Benimaclet.
Sus artífices son el presidente de la hermandad, José María Morenilla, y uno de sus socios, Ángel Salvador, quienes no tenían ninguna experiencia previa en hacer belenes. «Lo que tenemos es mucha imaginación», indica entre risas a Disfruta Benimaclet Ángel, quien asegura que le dan «muchas vueltas a la cabeza» para resolver cuestiones como por ejemplo que el Palacio de Herodes parezca de mármol o que el techo de las casas parezca de arcilla.
José María se encarga de la marquetería y Ángel de los acabados de un belén en el que las figuras son compradas pero todo lo demás lo crean ellos: desde la maqueta que simula unas montañas -que crean con tela impregnada de escayola- a las fuentes, los molinos o las casas.

Fijaos bien, porque descubriréis en este belén algunas casas y comercios de Benimaclet, como la Casa Greses (en cuya fachada está el cartel del Poble de Benimaclet), La Chocolatera, el Horno de Cuenca, la carpintería Vicente Espí, la propia Plaza Amparo Arce (con dos de sus bares) e incluso la administración de lotería de la que venden papeletas para ayudar a sufragar los gastos este belén.
Cada año confeccionan de nuevas la maqueta en la que instalan el belén, y añaden nuevas creaciones, como en esta ocasión una almazara con su molino de agua. Unos tres meses se han pasado para dar vida a esta instalación, que se puede ver de 17 a 20 horas de lunes a viernes, y de 10 a 13 horas sábados y festivos.
«Disfrutamos un montón haciéndolo y una vez acabado los primeros que lo gozamos somos nosotros, pero viene mucha gente a verlo», aseguran. La entrada es libre, y los niños se llevan un pequeño detallito.