Una canción alegre y con una letra “luminosa, animada y festiva”. Así define la cantautora valenciana Ana Zomeño el tema ‘Samba para Benimaclet’, incluido en su primer LP (‘De tierra y decisiones’), cuya portada está además dedicada al barrio en el que ha vivido y al que regresa cada vez que puede.
‘Samba para Benimaclet’ cuenta la historia de alguien que un día queda en este barrio con unos amigos, conoce a alguien especial y van cerrando bares, mientras aparecen en la canción escenarios como la plaza o el bar Glop.

Un barrio de músicos
“Para mí Benimaclet es un poco eso: un barrio en el que se juntan muchos músicos y hay mucha fiesta, que invita mucho a festejar y a pasar rato hablando y pasándoselo bien”, explica a Disfruta Benimaclet Ana Zomeño.
Antes de la entrevista hacemos unas fotos en las calles de Benimaclet que han inspirado la portada del disco creada por la pintora y cantautora uruguaya Liliana Fernández. Es una ilustración de Ana con la guitarra a la espalda, su gato en el hombro y libreta en mano, rodeada de las casas bajas coloridas y soleadas el barrio.
“Me parecía bonito que Benimaclet estuviera en la portada”, nos cuenta esta artista de 30 años que define su música como pop con influencia del folk americano y jazz. Una mezcla de estilos, porque también gusta mucho la música brasileña, la samba y la bossa nova.
Benimaclet a ritmo de samba
Ana nos confiesa que en un principio su canción dedicada a Benimaclet no iba ser una samba, pero finalmente optó por este estilo al considerar que conectaba mucho con el carácter “juguetón” de la canción y su letra.

Y aunque este es el único tema del disco que cita expresamente a Benimaclet, nos desvela que cuando compuso ‘Viejitas’, la primera canción del LP, en su imaginario estaba muy presente el barrio como escenario donde se mueven los músicos en la noche de València.
Benimaclet es para ella el lugar en el que ha vivido algunos años y en el que intenta tocar y cantar a menudo, como en las jams de los martes y los domingos del Centro Instructivo Musical (CIM), o en el Kafcafé, donde cantó por primera vez una canción suya en uno de los micros abiertos de este bar.
Fascinación por la música
“Muchos momentos importantes de mi fascinación por la música y de cuando decidí decantarme por ella han pasado aquí”, donde también han surgido relaciones con gente “súper importante en mi vida”, nos explica la cantautora, quien en Benimaclet se siente “en casa”.
Por ello, ‘Samba para Benimaclet’ y el disco en el que está incluida “hablan de esa época de maravillarte por la música, que de repente se volvió algo tan importante que me dio mucha vida y me quitó tanto el sueño”, asegura Ana Zomeño.
Su enamoramiento por la guitarra se remonta a cuando tenía 14 o 15 años y su hermano le enseñó los primeros acordes. Tocaba y cantaba como hobby en su habitación de adolescente, en campamentos y cuando se juntaba con amigas, pero no se planteaba que pudiera tener una salida profesional.

De hecho estudió la carrera de Veterinaria -su primer trabajo al acabarla fue en una clínica del barrio- y llegó a aparcar un tiempo la música mientras estudiaba. Hasta que empezó a bailar lindy-hop -en ese momento todavía no existían las escuelas de Benimaclet– y le gustó tanto ese estilo de música que retomó la guitarra para aprenderse las canciones.
Pasión por el swing
Poco a poco se formó una banda en la que Ana y otros músicos iban a tocar a fiestas de bailarines de swing, y empezó a estudiar guitarra jazz y a tomar clases de canto y de jazz vocal. En paralelo, componía sus canciones, que no tenían nada que ver con este estilo. “Lo que me gustaba era más pop, aunque escuchaba de todo”, asegura.
Cuando acabó la carrera, coincidió con una amiga que había terminado los estudios de Producción musical, y se les ocurrió grabar canciones las primeras canciones de Ana. Compaginaba su trabajo como veterinaria con actuaciones y bolo, hasta que llegó un momento en que tuvo que elegir y decidió lanzarse al mundo de la música.
De esta forma, en abril 2019 presentó su primer EP, en el bar Clandestí de Benimaclet, acompañada de su banda. En mayo de 2020, durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus, compuso y grabó en la casa donde vivía en Benimaclet el EP ‘Taller de canciones’, que el valió una nominación a artista revelación de los premios Carles Santos.
Un año después actuó en Uruguay, donde conoció a la artista que creó, a partir de fotos que le envió en Benimaclet, la portada de su primer LP, ‘De tierra y decisiones’. Un disco grabado en parte en el barrio, publicado en 2023 y nominado a los premios Carles Santos como mejor disco de canción de autor.

El potencial de Benimaclet
Ana Zomeño reivindica el “potencial increíble” que tiene Benimaclet para las artes y la música. “Es un barrio donde vive gente súper joven que está estudiando y que invita a que todos los días haya algo y la gente quiera salir a ver qué está pasando”, asegura.
Afirma que políticamente la gente está “bastante despierta” en Benimaclet, donde solo por vivir aquí “inevitablemente te enteras de lo que está pasando”, y destaca iniciativas como el festival conFusión, en el que ha participado varias veces, o las charlas que se hacen en La Repartidora.
En Benimaclet “la gente tiene ganas de que pasen cosas”, asegura esta compositora, quien lamenta que los alquileres “sean tan caros, porque hace inviable muchas veces vivir donde te gustaría”.
Nos despedimos de Ana en el centro histórico de Benimaclet mientras evocamos la samba dedicada al barrio que puedes escuchar aquí.
