¿Cuál es la librería más innovadora de la Comunitat Valenciana de 2022? La Conselleria de Cultura ha concedido este galardón honorífico a La Repartidora, un local de Benimaclet donde no solo se pueden encontrar libros (y juegos, ropa, material gráfico y algo de papelería), sino en el que día a día se tejen complicidades para “hacer comunidad”.
Especializada en pensamiento crítico, ‘La Repar’ abrió sus puertas en Benimaclet en 2014 en la calle Arquitecto Arnau. Posteriormente se mudó a la calle Torreta de Miramar, y desde hace un año ocupa, gracias al micromecenazgo, un espacio de 220 metros cuadrados en la calle Reverendo Rafael Tramoyeres.
Más que una librería
Tras el mostrador, Mar Català, Jordi Garcia Miravet y Dario Riccobono atienden a Disfruta Benimaclet mientras un goteo de personas visita este amplio local. Está compuesto de tres partes: la librería (90 metros cuadrados con miles de libros pero también láminas y ropa ética); una sala polivalente de 70 metros donde hacen presentaciones, cursos y talleres y que también pueden utilizar colectivos sociales; y un espacio de trabajo de 50 metros donde se ubican cinco colectivos centrados en economías transformadoras.

Porque ‘La Repar’ es mucho más que una librería, y ahí reside quizá su carácter innovador. Cuando visitas el local, es habitual encontrar a gente que va a comprar un libro o a dar una vuelta entre sus numerosos títulos, pero también a quienes asisten a un curso, a un grupo de lectura o a la reunión que celebra allí algún colectivo del barrio o de la ciudad.
Además, a diario desarrollan allí su trabajo, gracias a la iniciativa ‘Sabers comuns’, personas relacionadas con cinco proyectos que tienen que ver con el espíritu de La Repar y con los que comparten gastos y proyectos. Es el caso de la ONG vasca sobre soberanía alimentaria Mundubat, el medio de comunicación La Directa e integrantes de los colectivos Per L’Horta, Arrelaires y L’Argila.
Otro aspecto que la diferencia de las librerías tradicionales es que este espacio social y cultural aboga por la economía social y nunca ha tenido que recurrir a un préstamo bancario para su desarrollo. La razón: cuenta el sustento económico de 240 personas socias, que con sus cuotas (de 50 euros al año, 100 euros los colectivos) aportan una tranquilidad económica, deciden sobre las cuestiones estructurales del proyecto y obtienen a cambio descuentos en la tienda y los dos libros que publica anualmente la editorial Caliu.
Y es que La Repartidora es la propietaria de Caliu Editorial, que nació poco antes que la librería y posteriormente se integró en ella, y que en estos años ha editado unos 25 títulos. El último, que va a ver la luz próximamente una vez acabada la campaña de micromecenazgo para hacerlo realidad, es un libro infantil ilustrado sobre las fiestas valencianas, titulado ‘Comboi’.

Un premio inesperado
Mar, Jordi y Dario nos confiesan que este premio les ha pillado por sorpresa, aunque agradecen el calor que han recibido desde que se ha hecho público por parte de quienes visitan La Repar o tienen alguna relación con este proyecto que según explican no busca el beneficio económico -de hecho su forma jurídica es la de una asociación sin ánimo de lucro- ni endeudarse para crecer, pues una de sus premisas es la sostenibilidad.
De hecho, quienes atendían la librería en sus inicios no cobraban por ello y actualmente –a raíz de la pandemia se han profesionalizado– estos tres libreteros reciben un sueldo por su trabajo (de 25 horas semanales cada uno, para poder disponer de tiempo para su vida), pero no hay reparto de beneficios.
Definen La Repar como “una empresa política” en el sentido de que su modelo empresarial responde a unas necesidades comunitarias: se organizan en comunidad -algo que aseguran que no es habitual en el mundo del libro en València, aunque sí en otras ciudades españolas-, dentro de una ambición transformadora y de integrarse en los movimientos sociales del barrio.
Reivindican que aquí lo conceptos “empresa y social” no son antitéticos, sino que sus prácticas sitúan a ambas al mismo nivel, pues uno de los principios de este proyecto es “la ética política”. Ponen el ejemplo de la ropa que venden, que califican de “ropa ética”: está producida en condiciones laborales justas y de manera sostenible con el medio ambiente.

Los libros de sus anaqueles
El ensayo ocupa casi tras cuartas partes del contenido es esta librería centrada en el pensamiento crítico, si bien el hecho de disponer ahora de un local más grande les ha permitido apostar por la narrativa social y el libro infantil, al que dedican un espacio concreto.
A la hora de seleccionar los contenidos, dan prioridad a las editoriales alternativas, lo que no quiere decir que no se pueda encontrar algún título de Planeta (desde luego Carmen Mola no, aclara Mar), y a los volúmenes en valenciano o catalán.
De hecho, cuentan con un grupo de lectura que consideran “bastante innovador” en la ciudad de València porque hay demanda pero poca oferta. Es sobre narrativa escrita por mujeres de ediciones en catalán (también traducciones), lo conduce la editora de Sembra Llibres Mercè Pérez un martes al mes y reúne cada sesión entre 25 y 40 personas.
Benimaclet y La Repartidora
¿Podría funcionar este proyecto en un lugar que no fuera Benimaclet? Mar considera que ubicarse en este barrio es “determinante” para su éxito, porque aunque en otras zonas hay gente que se organiza y lucha por cambiar las cosas, Benimaclet tiene una “concentración especial” de movimientos sociales y asociativos, además de la cercanía de las Universidades.

A juicio de Dario, con este perfil sería muy difícil una librería similar en otro barrio. Para Jordi, posiblemente podría funcionar en otro barrio, pero el recorrido que ha tenido La Repar de actuar como “una comunidad de comunidades” no habría sido posible. En esa imbricación de comunidades, ellos mismos forman parte de otros colectivos de Benimaclet, como La Jove Muixeranga en el caso de Mar o el Ecomaclet en el de Dario.
Si queréis visitar este espacio colectivo cuyos referentes son librerías como La Ciutat Invisible (Barcelona) Traficantes de Sueños (Madrid) o Katakrak (Pamplona), podéis hacerlo de martes a viernes de 11 a 14 horas y de 17’30 a 20’30 horas, y los sábados por la mañana.