SOCIEDAD

El autobús que lleva la ducha a personas sin hogar en Benimaclet

Los últimos lunes de mes por la tarde, un peculiar autobús aparca en las afueras de Benimaclet, junto a la antigua Vía Churra y frente a la Alquería Serra. No le es fácil llegar hasta allí, pues tiene que entrar marcha atrás por el camino del cementerio hasta llegar al emplazamiento donde permanece unas dos horas, entre las 17,30 y las 19’30 horas.

Se trata del HigieneBús, un autobús que ha sido adaptado para poder ofrecer un servicio de aseo personal y peluquería a las personas sin hogar asentadas en la antigua fábrica lechera que hay en las inmediaciones. Para ello, dispone de una ducha y dos lavabos con espejo frente a dos sillones, pues en este vehículo también cortan el pelo o las uñas, además facilitarles ropa de abrigo o zapatos.

Unos voluntarios frente al HigieneBús, en Benimaclet
Fina, Máximo, María Ángeles y Aurelio, voluntarios del HigieneBús. ©DsftBenimaclet

El autobús impulsado por Mensajeros de la Paz

Es una iniciativa de Mensajeros de la Paz, la ONG del padre Ángel, que está en marcha en València desde finales de marzo gracias a la colaboración del Ayuntamiento y de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que se encarga del mantenimiento del autobús y de facilitar conductores voluntarios.

Un lunes final de mes por la parte nos encontramos en medio de la huerta con el HigieneBús. Ha llegado a Benimaclet con tres voluntarios de la ONG a bordo -María Ángeles, Máximo y Fina- y conducido por Aurelio, un conductor de la EMT que presta este servicio también de manera voluntaria y que es además colaborador de otra ONG del barrio, GUP.

Explican a Disfruta Benimaclet que este es uno de los tres asentamientos de València adonde se desplaza el HigieneBús, que se moviliza los lunes y los jueves. Los otros dos son el que hay junto al antiguo circuito de Fórmula Uno, en Nazaret, y en La Gallineta, cerca del nuevo hospital La Fe.

Sin embargo, el de Benimaclet es el asentamiento donde más fluctúa el número de personas que suele utilizar este servicio, ya que la mayoría de personas que viven en la fábrica abandonada son temporeros, que se van moviendo continuamente, o ‘gorrillas’, que suelen regresar tarde, cuando el HigieneBús ya se ha marchado.

Interior del HigieneBús
Parte del interior del HigieneBús. ©DsftBenimaclet

“Tanto en Nazaret como en La Gallineta, en cuanto nos ven aparecen 20 o 30 personas para ducharse”, señalan los voluntarios, que explican que en consecuencia a esas zonas van más a menudo, mientras que en Benimaclet de momento lo hacen una vez al mes, pues es complicado calcular con antelación a cuánta gente van a atender.

En cuanto estacionan y llegan los primeros usuarios, les piden que corran la voz entre quienes estén en la antigua fábrica en ese momento. Los servicios sociales municipales también disponen de algún contacto telefónico de personas que suelen vivir allí y les avisan de la llegada del HigieneBús.

Toalla y productos de aseo

Durante nuestra conversación se acerca un hombre para ducharse. Le entregan una toalla (que se puede llevar y devolver el mes siguiente) y unas chanclas, además de ofrecerle ropa interior y productos de aseo, como jabón, cepillo y pasta de dientes o crema de afeitar.

Les pide una manta y una chaqueta de invierno, por lo que los voluntarios apuntan su talla y su nombre, para traerlas en el siguiente viaje del autobús y además llevar un control e intentar que el reparto sea equilibrado entre todos los usuarios.

Una persona mira el HigineBús estacionado en Benimaclet
Higiene y peluquería móvil llevan a Benimaclet una vez al mes. ©DsftBenimaclet

En cuanto acaba la ducha, los voluntarios de Mensajeros de la Paz la desinfectan y está ya lista para un siguiente uso. María Ángeles, Fina y Máximo recuerdan que alguna vez han tenido que hacer alguna cura a personas que han llegado con heridas, gracias a que el autobús cuenta también con material básico para ello.

Un rato después llega otro joven, pero solo pide una toalla. Algunas personas que salen por el descampado que hay junto al cementerio pasan junto al autobús y se quedan mirando, por lo que los voluntarios, que van ataviado con chalecos reflectantes, se acercan a informarles de este servicio que ofrece la posibilidad de asearse en la intimidad.

De Madrid a València

Este autobús, que anteriormente prestaba sus servicios en Madrid, duerme cada noche en las cocheras de la EMT San Isidro, donde si necesita alguna reparación se le hace, pues sería imposible de mantener si tuviera que hacerse cargo la ONG, que según nos cuentan abrió su sede en València hace unos dos años.

El HigieneBús en Benimaclet
Dos voluntarias de Mensajeros de la Paz frente al HigieneBús. ©DsftBenimaclet

Es una forma de que quienes duermen en la calle puedan acceder a una higiene que muchas veces no tienen a su disposición por falta de recursos. Pues como señaló el padre Ángel en la presentación del HigieneBús el pasado febrero, “hay muchas personas que no solo quieren un bocadillo para poder comer, sino estar guapos, estar limpios, con el pelo aseado”.

Después de dos horas, en el autobús blanco, que destaca entre el verde de la huerta y llama la atención de quienes pasean por la Ronda Norte o van en bicicleta por la Vía Churra, comienzan los preparativos para marcharse. Quienes viajan a bordo han puesto, un día más, su grano de arena para luchar contra la pobreza y las desigualdades.

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