Cada año, el festival conFusión supone una oportunidad para renovar los murales urbanos de Benimaclet. En Disfruta Benimaclet hemos recopilado las obras de esta novena edición del festival cultural y hablado con quienes las han creado, para que tengas más claves cuando te las encuentres por el barrio.
Acompáñanos en este recorrido artístico, que comenzamos con un mural inclusivo y en el que hablaremos de miradas, voces silenciadas, cartas de amor, recuerdos de infancia, la alegría de vivir, el falso ego y hasta del tiempo que se para.
Mural inclusivo
Nos situamos en la esquina del callejón de Sant Mateu con la calle Puçol y contemplamos un mural que muestra un mensaje de inclusión y visibiliza la diversidad de las personas con daño cerebral adquirido que forman parte de la asociación Nueva Opción.

Con la colaboración de los artistas SEA y Desastre, personas con y sin diversidad funcional han participado por tercera vez en el conFusión con la creación de un mural que pretende dar visibilidad al daño cerebral adquirido, una enfermedad invisible pero que pesa, como se indica en la obra.
Esta obra permite que las personas usuarias de los centros de la asociación «tengan la oportunidad y la experiencia de sentir lo que es pintar en la calle, utilizando materiales como los esprays, además generar un sentimiento de pertenencia tanto a la sociedad en general, como al barrio del cual formamos parte en particular”, nos cuenta SEA.
El solar María
Este artista creó también en esta edición del conFusión un mural titulado ‘Love letter’, inspirado en la obra de John William Godward de 1913, con el que ha querido representar “la soledad y la tristeza de cuando se lee una carta de amor en la distancia”. Solo se puede ver cuando se abre el solar María, “como si estuviese esperando la respuesta de la persona amada”, señala.
En la fachada del solar María que da a calle Puçol podemos ver ‘Cardo azul’, obra con la que Patricia Pastor, quien lleva cinco años viviendo en Benimaclet, ha querido hablar de su pueblo, una pequeña aldea cerca de Reinosa, y de la vuelta a la infancia y al hogar.



“Los cardos azules que represento son una especie que ha ido disminuyendo con los años, y que ahora mismo se busca protegerla”, nos cuenta Patricia, quien añade que siempre han estado presentes en su vida y quería representarlos en este mural que habla también de “preservar los recuerdos y la naturaleza que hay dentro de ellos”.
En esta misma fachada, Ciocnadi Bogdan Alexandru ha intervenido sobre el mural que el año pasado crearon Sucri y Furyo con unos globos de colores que salen y mantienen flotando un corazón, para representar “la vida interior del ser humano”, el amor, la empatía y la alegría de vivir que cada uno lleva en el corazón, explica.
Aunque vive en Rumanía, este artista al que desde pequeño le gustaba dibujar, que se graduó en una escuela de arte y que actualmente trabaja como tatuador, quedó fascinado este verano con las “calles llenas de vida y arte” de Benimaclet y no ha dudado en viajar hasta aquí para participar en el festival.
El callejón más artístico
Siguiendo el callejón de Sant Mateu -el más artístico del barrio- puedes contemplar ‘A través de la mirada’, el mural con el que la artista de Benimaclet Lluna de Plata busca que la gente “se pare a mirar los ojos de una persona desconocida” y reaccione, imaginando la historia de esa mirada o sintiendo qué les transmite.


Esta estudiante de Bellas Artes que tiene el grado de Conservación y Restauración de arte y bienes culturales nos cuenta que este mural es lo más grande que ha hecho a nivel artístico, pues hasta ahora lo que ha creado se lo ha quedado y no ha participado en exposiciones.
Más adelante, en el mismo callejón, nos espera ‘Ni siquiera pudieron decir’, la obra con la que Belén Casas ha querido reflexionar sobre la importancia de la voz, de la que según señala nos damos cuenta cuando se nos silencia.
“Considero que la verdadera obra del arte urbano es la propia comunicación e interrogación que éste genera con el lugar y las personas que lo habitan”, nos cuenta Belén, quien precisa: “devorados por un sistema que nos hace prisioneros sin apenas percatarnos, sin mordazas o cadenas, que no se nos olvide que, si perdemos la voz, dejamos de ser”.
Justo a continuación, Chikitín ha creado el mural ‘Apego al ego’, una reflexión sobre “el falso ego, como creer que somos un ser acotado, algo que nos limita, y la batalla que tenemos que librar para quitarnos los prejuicios sobre nosotros mismos que nos han impuesto en nuestro desarrollo como seres conscientes”, nos cuenta.


A su lado, al final de este peculiar callejón del centro histórico de Benimaclet, Sig Luigi y Soldone33 han dado vida a un mural conjunto que lleva por título ‘Old School’, debido al estilo antiguo del grafiti y a los personajes que salen dentro de las letras.
La esquina de Masquefa y el depósito de agua
Si retrocedemos por la calle Puçol y avanzamos hasta la esquina de la calle Masquefa con Francisco Martínez encontramos el mural de un habitual del conFusión, Juanjo Alba Raga, titulado ‘Natura, vida i mort juntes’, una obra que sirvió a su vez para inspirar al artista que pintó al lado, Cofla, a quien le gusta improvisar a partir de lo que hay en el entorno.
“He dibujado una especie de rostro femenino, de mi estilo personal. Un pelo al viento cortado por una tijera, y de esa coalición entre cabello y metal se ven caer bombas sobre la ciudad dibujada abajo y un éxodo de soldados que marcha por la ciudad”, nos explica.
Cofla participó también en un mural bajo el antiguo depósito de agua de la calle Enrique Navarro, donde plasmó uno de sus personajes masculinos que se ve enganchado en firmas y letras, buscando un pincel que ha quedado tirado. A su lado, se puede ver otro mural, protagonizado por extrañas criaturas, obra de Javier Cañadas.




Elipsis fallera y Espai Verd
Completamos esta ruta artística con la obra de David Carrasco en la calle Juan Giner titulada ‘Elipsis fallera’, con la que ha querido reflejar el “paro del tiempo” que se produjo en marzo de 2020, con el inicio de la pandemia de coronavirus y la cancelación de las Fallas a pocos días de empezar.
Para ello, ha recurrido a la silueta de la famosa meditadora de la falla municipal de València, para mostrar “algo que estaba en ese momento pero a su vez no”: la ausencia de un volumen tan grande, así como de la cantidad de cosas que envuelven esta fiesta.
Se trata del primer mural en la calle de David, un valenciano del barrio de Orriols que acabó Bellas Artes el año pasado y actualmente hace un voluntariado en Italia, donde está preparando exposiciones de pintura y fotografía y pintando bolas de telas con dibujos de telas de fallera para dar visibilidad a esta indumentaria por otros países.


Nuestro repaso se completa con una obra conjunta de Ricardo Sorlí y Álex Gironés, que muestra a una joven mirando su móvil delante del edificio Espai Verd, y que forma parte de una futura serie en la que quieren reflejar la diversidad del barrio a través de distintas personas y entornos.
No lo pudieron pintar en el espacio callejero donde estaba previsto debido a la aparición de unas pintadas amenazadoras contra los grafitis del conFusión, y ahora están pensado si su destino final es algún comercio o bar de Benimaclet.
Si te apetece recordar grafitis anteriores, aquí puedes repasar los que se crearon en el conFusión del año pasado, los que decoraron Benimaclet en la edición de 2020, los que nacieron en 2019, o los que pudimos ver en 2018. ¡Feliz paseo!