CIENCIA, SOCIEDAD

Adelina Montesinos, la primera farmacéutica de Benimaclet

Con solo 20 años y tras obtener en Granada la licenciatura de Farmacia, Adelina Montesinos abrió en 1927 la primera farmacia de Benimaclet. Lo hizo en la calle Nuestra Señora de la Asunción, en pleno centro de la entonces pedanía de València (donde después habría una carnicería de carne de caballo), y posteriormente la trasladó a la calle Valencia, hoy calle Barón de San Petrillo, donde continúa abierta.

“Mi tía era de aúpa, en todos los aspectos. Por ejemplo, no llevaba faldas, iba siempre con pantalones, y lucía un pelo teñido de negro azabache, con tres caracoles en la frente para ocultar una cicatriz”, explica a Disfruta Benimaclet su sobrina y actual propietaria de la farmacia, llamada también Adelina Montesinos.

Adelina Montesinos, la primera farmacéutica de Benimaclet
La primera farmacéutica de Benimaclet, Adelina Montesinos. Imagen facilitada por su sobrina

Una mujer joven y valiente

Quedamos con ella en la farmacia ubicada frente al Musical para que nos cuente la historia de una mujer avanzada a su tiempo, que además de hacer fórmulas magistrales exitosas se implicó para reclamar ante el alcalde de València en 1932 el cierre de las Cámaras Beccari (que almacenaban la basura de la ciudad muy cerca de una barriada Benimaclet), y en la Guerra Civil recurrió al estraperlo para obtener penicilina y leche de fórmula para bebés.

“Era una mujer joven y valiente. Siempre digo que mi tía nació antes de lo que le tocaba. Si lo hubiera hecho 50 años después, hubiera sido una mujer activa pero no hubiera llamado la atención” tanto como cuando lo hizo en un mundo de hombres, lo que supuso que también tuviera “sus detractores”, destaca su sobrina.

Porque la farmacéutica Adelina Montesinos fue en aquel entonces una de la “fuerzas vivas” de un Benimaclet, junto al médico, el doctor Diógenes López Mechó, y al alcalde pedáneo, Miguel Cuenca Tramoyeres, popularmente conocido como Micalet.

Llegada a Benimaclet

Adelina Montesinos abrió hace 96 años la primera farmacia de Benimaclet en una planta baja que buscó su padre en la pedanía rodeada de huerta con la que hasta entonces no tenían vinculación, y a la que llegaba en el trenet acompañada de su madre, Joaquina.

Producto creado por Adelina Montesinos, la primera farmacéutica de Benimaclet
Publicidad de uno de los productos creados por Adelina Montesinos. Imagen cortesía de su sobrina

Hasta 1989, cuando falleció a los 82 años, se la pudo ver en la farmacia y laboratorio donde creó fórmulas magistrales que tuvieron mucho éxito, como el famoso jarabe para la tos Pulmocel; el antiséptico para tratar afecciones gastrointestinales Lactocel, compuesto por “productos de la más alta pureza”, o las gotas contra la inapetencia Anabol.

En la farmacia de Adelina Montesinos se preparaban también inyectables, se esterilizaba material para intervenciones quirúrgicas o se hacían análisis de orina, y además contaba con cajas tocológicas: unos recipientes de madera con todo lo necesario para atender los partos que recogían matronas como doña Amparo cuando le avisaban de la inminente llegada de un bebé.

La farmacia ubicada frente al casino Musical era un local más pequeño que el actual, con un mostrador de madera, muchos frascos de cerámica y un ambiente “súper familiar”, como rememora una clienta que acaba de comprar medicamentos.

“Mucha gente recuerda todavía a mi abuela, sentadita ahí en una silla y peinada con un moño”, o a Paco, que ejerció como auxiliar hasta que se jubiló, señala Adelina, quien admite que tanto su tía como su abuela eran mujeres “con un carácter fuerte”.

Publicidad de la primera farmacia de Benimaclet
Así se publicitaba la primera farmacia de Benimaclet en sus inicios. Imagen cortesía de Adelina Montesinos

La única sobrina de Adelina

La primera farmacéutica de Benimaclet no tuvo hijos y solo contaba con una sobrina, Adelina, que iba a comer dos veces por semana a casa del matrimonio de farmacéuticos -el marido de su tía también tenía una botica- y los domingos la llevaban al cine o a un museo, y luego a tomar algo en una cafetería.

“Tuve mucha relación con ella, actuó como una segunda madre para mí”, rememora su sobrina, que explica que el marido de su tía murió relativamente pronto y entonces se estrechó el contacto con la que era la única hermana de su padre.

De aquellos tiempos recuerda que había muy pocas farmacéuticas en València: además de su tía, había una en la calle Ruzafa y otra en la calle Periodista Azzati, al lado de Noel. Y que la labor de los farmacéuticos “iba más allá de vender medicamentos, pues las boticas eran el primer punto al que solía acudir el vecindario cuando no se encontraba bien.

Ese ambiente de farmacéuticos propició quizá que su sobrina iniciara los estudios de Farmacia, en Madrid, aunque después de un año se volvió a València y estudió Químicas. De hecho, durante 17 años estuvo trabajando en un colegio como profesora de Física y Química, hasta que cogió el relevo a su tía.

Adelina Montesinos, sobrina de la primera farmacéutica de Benimaclet, que ha tomado su testigo
Adelina Montesinos, sobrina de la primera farmacéutica de Benimaclet, ante su farmacia. ©DsftBenimaclet

La farmacia va actualmente por la tercera generación, pues aunque la sobrina de la primera Adelina Montesinos es la propietaria y tiene actualmente una jubilación activa, en el establecimiento podemos encontrar también a su hijo, Agustín, que es farmacéutico.

Una mujer combativa

De su tía le han contado que fue “muy combativa” durante la Guerra Civil, pues se movió para conseguir penicilina y Pelargón -leche de fórmula para bebés- aunque el método para lograrlo fuera que recurrir al estraperlo.

Insiste en que fue una mujer que “vivió en una época que no le correspondía” y por ello “se llevó bofetadas por muchos sitios”. Y considera que “estuvo a la altura”, pero si hubiera vivido en otras décadas “hubiera podido hacer más”.

Adelina Montesinos admite que le gusta que se reconozca a su tía, que se hable de ella en libros (como el dedicado a “101 antiguas farmacias de Valencia”) y que todavía queden clientes que recuerden a la mujer pionera que abrió la primera farmacia de Benimaclet y una de las farmacias históricas de la ciudad de València.

El escritor Antonio Máñez, en su último libro sobre el barrio, ha propuesto que se le dedique una calle en Benimaclet a Adelina Montesinos, igual que tienen coetáneos de ella, como el doctor Diógenes López Mechó o el alcalde Micalet.

Deja un comentario