En pandemia recogieron alimentos y dinero para migrantes y repartieron mascarillas a quien las necesitara. Al inicio de la guerra de Ucrania no dudaron en reunir donaciones para los damnificados del conflicto bélico. Y ahora han vuelto a mostrar su perfil solidario con la confección de una cesta de la compra para colaborar con quienes no llegan a finde mes en plena escalada de la inflación.
Son Ultramarinos Javi, un comercio “de toda la vida” en Benimaclet, que esta semana ha recibido la felicitación de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien se ha mostrado “emocionada” por su iniciativa y ha calificado de “muy importante» lo que han hecho.
28 productos por 29 euros
Desde hace una semana y media, esta pequeña tienda ofrece a quien lo necesite una cesta básica de la compra compuesta por 28 productos a un precio de 29 euros. Lleva huevos, pasta, legumbres, fiambre, leche, aceite, sal, azúcar, legumbres, fruta y verdura.
No ganan nada, pero tampoco pierden dinero. Es su forma de apoyar la propuesta de “topar” precios que planteó la vicepresidenta y de hacer algo en estos momentos complicados para muchas familias.

Cuando preparamos este reportaje es sábado por la mañana. Los dueños de esta pequeña tienda en pleno núcleo histórico de Benimaclet que abrió sus puertas en 1965, Javi Torres y Mayte Navarro, se afanan en atender el goteo de gente que acude al establecimiento donde se puede comprar de todo un poco.
Un día antes la vicepresidenta les ha felicitado por teléfono a través de un programa de radio por esta iniciativa que las grandes superficies dicen que no pueden hacer, pese a los márgenes de beneficios que tienen.
“¿Ha venido Yolanda a saludar?”, pregunta una clienta, que señala que está “muy bien” el vídeo en el que se ve a la vicepresidenta felicitarles. Todos hacen comentarios sobre lo famosos que se han hecho -hay quien rebautiza a Mayte como “Melanie”-, y se nota que hay orgullo en el vecindario por estos comerciantes.
La pareja sigue despachando, e incluso en algún momento Mayte deja la tienda para acercarle la compra a casa a alguna persona mayor, o atiende sin dudarlo la petición de un favor que de una vecina.
La vicepresidenta está esta sábado en València, en un acto organizado por un periódico digital. Allí le preguntan si se va a acercar al ultramarinos a conocer personalmente a los propietarios. “Voy a intentar hacerlo, sobre todo porque este es el país que queremos”, responde Yolanda Díaz.

«Me siento orgullosa de Mayte y de Javi, España es así, es como ellos. Creo que no es un gesto, es mucho más”, reivindica la ministra de Trabajo. Y se muestra convencida de que las grandes distribuidoras “van a cambiar y van a estar a la altura”, como estos pequeños comerciantes que han hecho que la vida de muchas personas “sea más habitable”.
Esperando a Yolanda Díaz
Ante la posibilidad de que Yolanda Díaz se desplace a Benimaclet, varios medios de comunicación montan guardia para poder registrar ese momento. A última hora de la mañana parece que hay movimiento de coches oficiales en el lugar donde la vicepresidenta participa en un acto, así que los periodistas toman posiciones al fondo de la tienda por si la vicepresidenta aparece.
Javi y Mayte ya no pueden acceder al interior del mostrador, pero no se quejan (su paciencia es infinita). “Paga con tarjeta que no puedo pasar”, piden a la clientela, mientras pesan el género en una balanza que tienen en un lateral. Incluso cuando llega un comprador que quiere hamburguesas se las sirve una periodista del mostrador siguiendo las indicaciones de Mayte.
Los periodistas les preguntan a qué hora cierran. “Entre semana a las dos, pero el sábado no hay hora fija, porque suele venir gente a última hora”, explica Mayte. “¿Y a qué hora se cierra cuando viene una vicepresidenta?”, retruca la prensa. Los dueños se ríen y siguen atendiendo.

Otras iniciativas solidarias
Entra otro vecino y se sienta en una silla mientras hace la compra. Se acuerda de que en pandemia la parte de delante del mostrador estaba llena de bolsas para Mousa. “¿Se lo has contado?”, pregunta a Mayte mientras señala a los periodistas. “No, que no hace falta contarlo todo”, responde ella.
(Se refiere a que en el confinamiento recogieron alimentos y dinero para cinco migrantes del barrio que viven de la venta ambulante y que al no poder salir a vender no tenían ingresos. Tampoco explica que al inicio de la guerra de Ucrania colocaron una caja para recoger donativos y material para los afectados, a petición de unos vecinos ucranianos.
Sigue la espera. Un periodista señala que podrían comprar una cesta, pero Mayte se pone seria: es para personas vulnerables que lo necesitan de verdad. “Te cuentan cada cosa quienes vienen a por ella …”, asegura Javi.
En general es gente que tiene problemas para llegar a fin de mes. Como una peluquera que invirtió un negocio con su hija y ahora no funciona muy bien. Vieron esta iniciativa en la televisión y vinieron a por una caja cada una.
Ya han repartido una veintena de cajas: tres a personas del barrio y el resto a gente de otras zonas, como Burjassot, Benimàmet o Marxalenes. Se han enterado por el boca oreja, las redes sociales o los medios de comunicación.

El ‘cremaet’ de la vicepresidenta
El goteo de clientes prosigue. A todos los conocen por su nombre. Responden a preguntas sobre la madurez de la fruta, que les ponen en bolsitas de papel. Les hablan de género nuevo que ha llegado. Y siempre con la sonrisa en la boca, a pesar del cansancio y de que apenas pueden moverse en su local tomado por la prensa.
Fuera de la tienda también hay algún curioso que espera ver a la vicepresidenta. “Ahora viene. Está en el Murta, tomando un cremaet”, bromea socarrón Javi. Mientras continúa la espera, los periodistas les comentan que menuda historia para contar a los nietos. “A la nieta, que ya tenemos una, vaya que sí”, afirma Mayte.
El reloj avanza. Javi y Mayte recogen las cajas de frutas y verduras que tienen expuestas en la calle. Invitan a la prensa a tomar algo. Finalmente, Yolanda no aparece: problemas de agenda. El lunes será un nuevo día de trabajo en este ultramarinos solidario. Pero al menos sus dueños habrán podido descansar un poco el fin de semana después del ajetreo de los últimos días.