Aplausos desde los balcones a quienes nos cuidan y nos atienden ante la pandemia del coronavirus. El impulso de una red de apoyo mutuo. Carteles arcoíris que aseguran que todo irá bien. Profesores de distintas disciplinas que dan clases por internet a sus alumnos. Casales falleros vendiendo las flores de la ofrenda aplazada para ayudar a una florista del barrio …
Estas y otras cosas están ocurriendo en Benimaclet durante la pandemia de coronavirus. Disfruta Benimaclet las reúne en este artículo, elaborado desde casa, para que podáis leerlo desde las vuestras (con el aviso que la realidad cambia a gran velocidad y puede dejar obsoleto el contenido).
Aplausos y apoyo mutuo
Los aplausos nocturnos desde el sábado por la noche para agradecer a los sanitarios su entrega ante esta crisis que nadie había imaginado, pero también al personal de tiendas y supermercados el haber estado al pie del cañón, están resonando por todo Benimaclet durante varios minutos, y nos hermanan de alguna manera en una suerte de solidaridad comunitaria ejercida cada uno desde sus casas.

La plataforma vecinal Cuidem Benimaclet ha activado una Red de Apoyo Mutuo de Benimaclet. En sus redes sociales se puede descargar un cartel para colgarlo en nuestras fincas o calles, para que se apunten allí las personas en riesgo que necesiten ayuda (desde bajar la basura a pasear al perro o una compra de alimentos semanal) y las que pueden prestársela.
También se han empezado a ver en los balcones carteles con el arco iris y el lema “todo irá bien”, a semejanza de como se ha hecho en Italia, o con el “todo esto pasará”, como el lema de la falla municipal de València de este año.
Los negocios de Benimaclet
Son muchos los negocios de Benimaclet que han tenido que cerrar temporalmente -algunos lo hicieron incluso antes de que se decretara el estado de alarma, apelando a la responsabilidad-, y aunque la mayoría de sus propietarios son autónomos y no saben qué supondrá esto para su futuro, no han dudado en lanzar mensajes en los que piden a la gente que se cuide y aseguran que esto pasará.

“Solo espero que cuando acabe todo esto, nos apoyemos unos a otros para poder seguir con nuestras vidas y poder seguir viviendo de nuestros sueños (negocios)”, afirma la tienda de moda infantil La Comba en sus redes sociales. La librería galería Estudio 64 pide que cuando todo esto pase, no se olvide al pequeño comercio, pues las librerías necesitarán a los clientes “más que nunca para poder seguir existiendo”. La librería La Rossa recuerda que “una reclusión con libros siempre es menos reclusión”, y explica que sigue disponible en las redes sociales.
También hay negocios de Benimaclet como escuelas de swing o de yoga que no han querido desatender a sus alumnos y han echado mano de las tecnologías para ello. Como la escuela de yoga Yoyoga, cuyo profesor, Toni Escorihuela, ha aprovechado el grupo de whatsapp con sus alumnos para lanzarles retos -empezando por el de la plancha abdominal- y enviarles vídeos en los que les explica posturas que pueden practicar de manera individual o en familia.
La escuela de swing Savoy ha ideado el “Aparta muebles swing fest”, una “pequeña terapia” para compartir cada día a través de internet una hora de baile en común, cada uno desde su casa, y de paso desconectar un poco. La escuela de swing Satchmo ha lanzado un reto a lo largo de siete días, consistente en publicar partes de una coreografía de authentic jazz para que, cuando se reencuentren, la bailen todos juntos para celebrar que todo ha pasado.

Y hay quien no duda en querer convertir esta crisis en una oportunidad: “Siempre he querido preparar mis propios tutoriales, un blog, patrones propios …”, explica la propietaria de la tienda de artes y manualidades Entre agujas y ganchillos, quien asegura que dedicará tiempo a la tricotosa y a aprender más cosas.
Todos los comercios a los que se permite seguir abiertos en el estado de alarma -como los de alimentación, farmacias, quioscos o estancos- han extremado las medidas de protección con el fin de contribuir a evitar que se propague el coronavirus.
Como Ultramarinos Javi, que pide en un cartel que entren en la tienda dos clientes como máximo y que el resto haga cola en la puerta “con la debida distancia de seguridad”, y destaca en rojo que no hay desabastecimiento.
Servicios en suspenso
Duro ha sido también cerrar centros que ofrecen servicios a los más necesitados, como Nueva Opción, que durante un mes cierra sus centros, pero explica que lleva 25 años luchando por mejorar la calidad de vida de las personas con daño cerebral adquirido y el coronavirus no les va a “impedir seguir haciéndolo”.

En el caso del comedor social San José, nos cuentan que se ha hecho todo lo posible para que los usuarios no se queden sin el servicio. Rotary Club Valencia Centro se ha comprometido a comprar alimentos, y junto con los que los voluntarios recogen en Consum, se prepararán bolsas de comida con productos no perecederos que se entregarán dos días a la semana en las parroquias, como la de La Asunción y la San Lorenzo en Benimaclet.
También el servicio de ropero de Cáritas de la parroquia de La Asunción ha dejado de recoger ropa para los necesitados, e indica en su puerta los contenedores de ropa más cercanos donde de puede entregar.
Fallas y coronavirus
La cancelación de la fiesta de las Fallas por el coronavirus pilló a algunas comisiones falleras de Benimaclet ya con ninots en la calle, como Barón de San Petrillo, que el sábado pasado pudo guardarlos en Feria Valencia a la espera de poder plantarlos en julio, o Primado Reig-Vinaròs, cuyo artista ha podido guardarlos en su taller hasta que todo esto se solucione.
Además, esta última comisión fallera, y la de Mistral-Murta, estuvieron vendiendo el viernes en sus casales ramos de claveles a tres euros, para ayudar así a la floristería que habitualmente les provee de ramos para la ofrenda, Flores Fina.

El arte también se ha hecho eco en las calles de Benimaclet del coronavirus, mediante un mural urbano pintado por J.Warx a finales de febrero en el callejón Sant Mateu. Su autor imaginó un escenario irónico sobre la “protección autóctona” que la gente usaría en Fallas ante el COVID-19.
Nos cuenta que se inspiró en un antiguo meme de una mujer de València que tenía que salir a la calle tapada con bolsas de basura para que su vecina no le manchara, y lo plasmó en un callejón de su barrio en el que pinta desde hace diez años bajo el título “Outfit Fallas 2020. Coronavirus”.
PD: Consulta aquí otras iniciativas que se llevaron a cabo en Benimaclet durante las primeras semanas de la pandemia: Diario del coronavirus en Benimaclet (II) y Diario del coronavirus en Benimaclet (III).
Un article molt esperançador del nostre barri. Ens ajuda a portar millor el confinament. Quasi tot el que ens arriba és la insolidaritat de les persones. Molt bé, moltes gràcies.
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Gràcies a tú per llegir-nos, Felip!
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