Varias calles del centro histórico de Benimaclet lucieron hace unos días una luz y un color especial. Composiciones de ganchillo, elaboradas algunas de ellas con lana, pero principalmente con bolsas de plástico recicladas, transformaron durante un fin de semana la imagen del barrio, y se convirtieron en un icono de la cuarta edición del festival Benimaclet conFusión.
Seguro que si paseaste esos días por el barrio no pudiste resistir la tentación de fotografiar esas obras de arte hechas a mano, que llenaron de de color el cielo benimacletero y perfilaron curiosas sombras en el suelo del barrio.

Lo que quizá no conoces es la historia que hay detrás de estas obras, y el significado de cada una de ellas. Disfruta Benimaclet tuvo el lujo de compartir un rato con sus autoras, que se desplazaron desde la localidad valenciana de Alcublas hasta Benimaclet para participar de lleno en el Benimaclet conFusión, donde impartieron un taller de ganchillo y narraron el trasfondo de este proyecto, que se denomina “Hilando Vidas”.
HILANDO VIDAS
Todo surgió en 2015. Faltaba un año para que la asociación de amas de casa de Alcublas, denominada Atenea, cumpliera sus veinticinco años de existencia, y querían celebrar el acontecimiento de una manera especial. Después de darle muchas vueltas, decidieron coger una actividad tradicionalmente ligada a la mujer, aunque al ámbito privado, como es la labor de tejer, y sacarla a la calle para darle visibilidad y protagonismo.
Y así nació “Hilando vidas”, un proyecto que no podía llamarse de otra manera, pues según nos explica su coordinadora, la profesora de Bellas Artes María José Cabanes, las mujeres hilan las vidas de quienes tienen a su alrededor, de una manera innata y casi sin darse cuenta.
Así que entre 70 y 75 mujeres de todas las edades se pusieron a tejer durante un año, y en agosto de 2016 inauguraron la primera edición, en la que colgaron por las calles de Alcublas sus creaciones, un total de ocho instalaciones que reflejan aspectos relacionados con la mujer, como el matriarcado, la maternidad, la crianza de los hijos, los estereotipos femeninos, la conciliación familiar, la amistad o la violencia de género.
La iniciativa gustó tanto -a sus protagonistas y a sus espectadores- que un año después, el pasado mes de agosto, volvieron a mostrar en las calles de la localidad ocho nuevas instalaciones, que giran en torno a la inmigración, la prostitución, la mujer rural, las mujeres olvidadas (aquellas que rompieron esquemas para poder estudiar ), las mujeres del mundo y a “mi mamá es”, en el que han participado los escolares del municipio.

SALTO A BENIMACLET
Y este mes de octubre, estas magníficas creaciones dieron el salto a la capital, y seis de ellas se exhibieron en Benimaclet, de la mano del festival de libre expresión artística conFusión.
En cada instalación, el diseño de las formas y los colores tiene un “por qué” y busca plasmar un mensaje, y además cada uno de ellas va acompañada de un poema elaborado por una poetisa de Alcublas, Ascen Martínez, que explica el mensaje que hay detrás, pues no se trata de “tejer por tejer”.
Como seguro que estaréis deseando conocer qué significaba cada una de las creaciones mostradas en Benimaclet, ahí va la explicación, que nos expuso la comisaria del proyecto acompañada de varias protagonistas de estas obras.
MATERNIDAD
La Plaza de Benimaclet fue el espacio elegido para la vistosa instalación denominada “Maternidad”. Está compuesta por unas 110 piezas, que tienen forma circular para recordar el embarazo, y confeccionada en tonos lilas y rosas, que siempre se han asociado a la mujer. La mayoría de piezas tienen en el centro un círculo blanco de distintos tamaños, que representa al embrión en diferentes fases del embarazo.
También hay algunas que no tienen esa forma circular blanca, para representar a las mujeres que no han podido o no han querido ser madres.

VIOLENCIA DE GÉNERO
Ubicada en la calle Rambla de Benimaclet, es una instalación elaborada con lana y configurada a modo de túnel, que empieza con una zona negra salpicada de puntos rojos, para simbolizar la sangre de las mujeres que sufren la violencia machista. La gradación de colores va cambiando conforme se avanza: del negro al gris, del gris al verde oscuro, y de este al verde claro, para transmitir el mensaje de la esperanza de acabar con esta lacra.
MATRIARCADO
Esta obra (que ilustra la cabecera de este reportaje) se colgó en la confluencia de las calles Músico Belando y Rambla, y cuenta con una pieza blanca en el centro, que representa la figura matriarcal, alrededor de la cual se va hilando la vida: alrededor de la madre se hilan los hijos, la propia figura del padre, toda la familia, y es la que guía sus vidas. Esta instalación es un homenaje a todas las matriarcas.

PROSTITUCIÓN
El Centro Instructivo Musical (CIM) de Benimaclet acogió la instalación centrada en la prostitución y la esclavitud sexual, cuyo objetivo es denunciar un supuesto trabajo que vulnera los derechos de la mujer. Se presenta sobre tablas de madera, en contraposición a la comodidad del colchón, la silueta de mujeres en una esquina, en poses provocativas y sexuales. Las acorralan tachas a modo de clientes y proxenetas, que entre todos tejen la maraña que no las deja salir de ese mundo tan oscuro.

EL AJUAR
El ajuar, la juventud y la preparación al matrimonio fue uno de los temas escogidos, ya que la mayoría de mujeres participantes en esta iniciativa son mayores, y para ellas era todo un ritual preparar desde muy jovencitas su ajuar. Elaborada totalmente con bolsas de plástico recicladas, se les pidió que predominara al color blanco, como símbolo de pureza,y muchas representaron los dibujos de las colchas de sus ajuares. Cuando se inauguró en Alcublas, se pidió a las vecinas de esa calle que sacaran sus colchas antiguas y las colgaran en los balcones.

MUJER RURAL
En la calle Masquefa de Benimaclet se pudo ver una instalación un poco diferente, elaborada en homenaje a la mujer rural, que siempre ha estado en un segundo plano a pesar de que también iba a trabajar al campo. Se utilizaron colores asociados a la tierra, como marrones y verdes, propios también de los productos característicos de Alcublas, como la oliva o la almendra. Las tiras que cuelgan simulan el vino, y pretenden envolver al espectador en su olor.
Esta es solo una muestra de un trabajo excepcional, que además ha servido para “construir comunidad” en este pequeño pueblo del interior de la provincia de Valencia, donde las tardes de invierno se hacen muy largas.
Sus protagonistas aseguraron que traer a la capital “un pedacito” de ellas había sido “emocionante”, y había permitido dar todavía más visibilidad a estas grandes artistas.