‘Mare Mediterraneum’, el documental valenciano-senegalés que arrancó en Benimaclet

María Chaqués nació en Benimaclet en 1983, y aunque desde que terminó la carrera ha viajado y vivido en varios países, ha vuelto a su lugar de origen para presentar un documental muy especial, cuyos primeros pasos se dieron precisamente en este barrio.

Se trata de ‘Mare Mediterraneum’, un audiovisual valenciano-senegalés protagonizado por mujeres migrantes que ha dirigido junto a Jean Leiva y que acaba de ganar en València el Premio Ciudanía de la novena edición del Festival de Cinema Ciutadà Compromés.

El documental es fruto de un trabajo de quince años, con rodajes en España, Senegal y Marruecos, y tiene su origen en una vivencia que sobrecogió María en 2007. Sin que lo supiera, su vida dio entonces un giro que le ha llevado a caminar al lado de las personas migrantes.

Una experiencia iniciática

“Siento que el documental es fruto de la causalidad, de las sincronías de la vida: han ido sucediendo una serie de vivencias y encuentros con personas, como si la vida me hiciera un guiño para que finalmente todo este trabajo viera la luz”, explica María a Disfruta Benimaclet.

Porque todo comenzó en 2007, cuando María trabajaba en un buque que hacía la ruta Cádiz-Canarias y una tarde de septiembre se encontraron con un cayuco a la deriva que llevaba a bordo a mujeres y niños de origen africano.

El capitán decidió rescatar a esas personas y subirlas a bordo, donde la tripulación las estuvo acompañando toda la noche. Aunque no hablaban el mismo idioma, se generó un vínculo muy cercano. “Para mí fue algo iniciático, aunque no sabía que iba a tener un impacto mayor en mi vida”, rememora.

María regresó después a València, empezó a trabajar en una asociación que acompañaba a menores extranjeros y a conocer a personas africanas que al final se convirtieron en parte de su vida. Viajó por varios países, vivió en Senegal, y en 2017 empezó a trabajar en una ONG con chicos africanos que acababan de llegar a València.

Una de las actividades que propuso fue un taller audiovisual en el que personas de distintos países contaran sus historias y las grabaran. “Vimos que, a pesar de nuestra diversidad étnica y cultural, era mucho lo que nos unía”, nos cuenta María.

Y a partir de esas primeras grabaciones, que se hicieron en distintos lugares de Benimaclet, surgió la asociación colectiva Afrolatidos y también empezó a tomar fuerza la idea de crear un documental.

Las piezas de un puzle

El regreso de María a Senegal en 2017 -gracias a que una voluntaria le cedió su puesto- permitió avanzar en este proyecto audiovisual. La idea era entender el fenómeno migratorio “desde el otro lado, desde las familias, las personas que han retornado, las que lo han intentado y se han queda a mitad camino, y activistas, políticos y artistas de allí”.

En ese viaje a Senegal ocurrió otra de las cosas que le llevan a decir a María que la vida le ha ido dejando “pequeñas señales”, piezas de un puzle que han ido encajando hasta conformar este documental.

Esa pieza fue que le hicieron llegar la tarjeta de memoria de una cámara que había olvidado en Senegal en 2010. En ella había imágenes del rescate del cayuco de 2007, cuando uno de los niños le cogió la cámara e hizo “un poco de reportero de su propia historia”, grabando sus pies y a María a modo de juego.

Sin guion y sin financiación -solo al final del documental han conseguido pequeñas aportaciones- lograron reunir más de 40 horas de grabaciones. El problema era darle forma a todo ese material, y no tenían el conocimiento técnico para hacerlo.

La solución llegó en una de las actividades de Afrolatidos, Valencia Latiendo Refugio, en la que se invitó en 2018 a artistas y activistas, entre ellos al periodista y realizador chileno Jean Leiva. Cuando vio la presentación del proyecto del documental, le apasionó y decidió unirse.

Mujeres y madres protagonistas

Revisaron todas las imágenes y vieron que tenían muchos testimonios de mujeres y madres, por lo que decidieron poner el foco en esa parte de la historia migratoria que no se conoce tanto: cómo es el proceso migratorio de una mujer y cómo lo viven las madres que se quedan esperando a sus hijos.

A partir de ahí surgió de forma natural el título del documental, ‘Mare Mediterraneum‘, y dieron forma a un audiovisual coral que dura 74 minutos y en el que entre las historias protagonizadas por personas migrantes aparece también difuminada la de María, que además también se convirtió en madre durante todo este proceso.

Comunidad, denuncia y esperanza

La película habla por tanto de la migración, de las madres y las mujeres, pero también de la vivencia de la comunidad, del “estar todos juntos y juntas más allá de la diversidad, unidos y unidas, y tratar de aportar lo mejor de nosotras a este mundo”, destaca su codirectora.

Denuncia también la “injusticia tremenda, la falta de una vía segura para viajar y la falta de derechos humanos tanto en el Mediterráneo como en las fronteras del mundo». Pero aporta “un punto de esperanza”, el que les han enseñado las madres que mantienen “la fe de que van a saber algo de sus hijos, aunque hayan pasado más de 10 o 15 años sin noticias”.

María espera que la gente salga de ver el documental con la conciencia de lo que supone la tragedia de la migración y al mismo tiempo piensen en qué pueden hacer en su entorno para crear y mejorar los lazos entre las personas.

El documental en Benimaclet

‘Mare Mediterraneum’ se proyectó en Benimaclet durante la última edición del festival conFusión. “Yo digo que soy indígena de Benimaclet”, explica entre risas María, quien reivindica el espíritu de un barrio en el que hay “gente de muchos lugares”, aunque no ha podido volver a vivir en él porque “los precios se han disparado”.

El siguiente paso ahora es “cerrar el círculo” y volver a Senegal para exhibir allí el documental y que lo puedan ver las personas que le abrieron el corazón a María y contaron sus experiencias. También están trabajando en crear una guía didáctica con el fin de que llegue a los centros educativos como una “herramienta de transformación”.

La película, que ha pasado ya por una decena de festivales de todo el mundo, es una coproducción de Afrolatidos y Arka Productora, y los relatos de vida que contiene no dejarán indiferente a quien la vea.