¿Saben los adolescentes hacer un buen uso de los móviles? ¿Qué consejos habría que darles cuando reciben su primer móvil? ¿Cómo influye el móvil en las relaciones personales de los adolescentes?
Un profesor de Filosofía vecino de Benimaclet desde hace 24 años, Enric Senabre, se ha atrevido a tratar estas cuestiones en una novela juvenil que se acaba de publicar, protagonizada por un grupo de adolescentes que se inician en la utilización de los móviles y que aprenden a gestionar las potencialidades del mágico terminal mientras desarrollan su personalidad.
Reflexión filosófica sobre el móvil
El libro, titulado ‘L’infinit a les teues mans’ (Bromera), pretende ser “una reflexión moral y filosófica” sobre el móvil, explica a Disfruta Benimaclet Senabre, quien opina que, más allá de las prohibiciones y del tremendismo con que muchas veces se afronta esta materia, los jóvenes aprenden a utilizarlo con normalidad. Y si además les acompañan en ese proceso adultos, como los padres o los profesores, la utilización es aún más positiva.

El móvil como trofeo
Para Senabre, el móvil es “el trofeo o el talismán” de la entrada en la adolescencia. Por ello, la novela la protagonizan Atena y sus amigos de 12 y 13 años, quienes comienzan el instituto y a la vez se introducen en el mundo de las redes sociales y los grupos de whatsapp gracias al móvil.
Cuando un usuario desconocido empieza escribir mensajes insultantes en las cuentas de Atena, esta se replantea la información que cuelga en Internet, e intenta descubrir la identidad del misterioso acosador, para lo que contará con ayuda.
El autor alerta de que, pese al miedo que puedan tener los progenitores cuando entregan el primer móvil a sus hijos, hay que tener en cuenta que es ya un objeto que forma parte del día a día y al que es imposible darle la espalda.
Más allá de “demonizar” su uso, Senabre considera que hay que contemplar todas las posibilidades de un terminal que es “mucho más potente” que los primeros ordenadores que llegaron a las aulas de informática de los institutos, que ya han sido superados por las tabletas digitales, y llegará el día en que el móvil sea una herramienta más en el aula.
Senabre ha recurrido a la ficción para divulgar una manera de enfrentarse al móvil, a partir de su experiencia de tres décadas en las aulas como profesor de Ética y Filosofía. “Este libro puede colaborar a mostrar también que la manera más habitual de utilizar el móvil es la correcta”, explica, y señala que los adolescentes lo suelen emplear para “celebrar cumpleaños, hacer fotos graciosas y cosas alegres que les ayudan a crecer”.

Admite que gracias al móvil se dan también conductas incorrectas que hacen “mucho daño”, como el ciberacoso escolar, pero su porcentaje es “mínimo” y la alternativa no puede ser “la negación, sino la educación”.
Acompañar a los jóvenes
Y como la educación no se puede hacer “con una varita mágica” que permita utilizar “siempre bien el móvil”, considera que lo que tienen que hacer los adultos es acompañar a los jóvenes e intentar que sus errores no sean “muy graves”, sabiendo que no los podrán evitar.
Senabre indica que a partir de la adolescencia, cuando la comunicación con los padres se restringe y muchos “no se enteran de lo que hacen sus hijos con el móvil”, la escuela podría tomar ese relevo si acogieran los móviles en lugar de condenarlos, pues eso permitiría tener acceso “a muchas más cosas en las que ellos interactúan con sus iguales”.
A su juicio, el móvil se puede emplear en las aulas de manera didáctica, y de hecho hay colectivos pedagógicos interesados en hacerlo, aunque “son los menos”, porque se considera que el móvil es “muy difícil de controlar”, y que si se permite sacarlo para buscar el significado de una palabra acabarán entrando en el whatsapp o haciendo una foto.
Además, recuerda que hay que pedir permiso previo a los padres para que sus hijos puedan aparecer en imágenes, de manera que “hoy por hoy es más complicado utilizar el móvil en el aula que hablar de sexualidad”. Pese a todo, la novela incluye al final una guía didáctica con consejos sobre el buen uso del teléfono móvil, y con propuestas para trabajar en clase estas cuestiones.

Un universo digital
Reivindica que se trata de un universo digital “que está ahí”, que forma parte de sus vidas, y con el que se les puede enseñar a hacer una foto pensando primero antes de colgarla en Instagram, o a reflexionar sobre qué muestran en sus fotos o qué escriben en sus tuits, señala.
Aboga por romper la “mala fama” del uso de los celulares por los jóvenes y por “acoger críticamente” lo que se hace allí, pues forma parte de la vida de estos. “¿Por qué no nos centramos en las cosas positivas? ¿Por qué no hacemos un concurso de tuits o de fotos en Instagram? Son usos amigables, potenciémoslos”, aconseja.
Senabre, quien es también presidente del AMPA del IES Ferrer i Guàrdia de Benimaclet, y que cuenta en su haber con varios libros sobre política y filosofía para jóvenes y sobre sexualidad, tiene claro su mensaje para los jóvenes y sus móviles: “Tenéis el infinito en vuestras manos, utilizadlo, disfrutadlo y la experiencia será muy gratificante”.