SOCIEDAD

Si Disfruta Benimaclet fuera un libro

Mi madre me decía que con todo lo que he escrito de Benimaclet en este blog podría componer un libro. Ahora que Disfruta Benimaclet cumple cuatro años, un tiempo en el que he publicado 130 artículos sobre el barrio, me he tomado la licencia de imaginar cómo sería ese libro.

Podría titularse «Disfruta Benimaclet: más de cien miradas sobre el barrio de Benimaclet». Podría tener diez capítulos, como los siguientes:

Capítulo 1: Benimaclet es arte, mucho arte

Benimaclet ama el arte urbano. Numerosos murales y grafitis adornan sus rincones. Algunos ya no existen porque han sido cubiertos por otros, pero su memoria permanece en este blog, en el que conforme los iban cambiando os he propuesto rutas para descubrirlos.

En Benimaclet el arte habita en sus dos estaciones de metro, la que lleva el nombre del barrio y la de Machado, y es un barrio que igual organiza un concurso de pintura rápida, que una iniciativa de cascos artísticos con fines solidarios o un mural para decir no a la violencia.

De Benimaclet es J.Warx, el grafitero de Benimaclet que se ha hecho viral con sus murales sobre la pandemia y otros temas de actualidad, y hasta aquí el artista urbano Techode.menos nos ha traído a sus alienígenas.

Capítulo 2: El Benimaclet literario

Benimaclet cuenta con librerías maravillosas. Desde la más antigua, La Traca, a Estudio 64, la única de València especializada en ilustración y que sigue al pie del cañón pese al fallecimiento de su impulsor y donde tiene su estudio el ilustrador Sr. López.

Contamos con una de las pocas de España especializadas en autoras, La Rossa, y nos queda para el recuerdo Green Kids. Para los amantes del cómic y los juegos de mesa, Generación X, y para quien busque pensamiento crítico, La Repartidora. Sin olvidar una librería que ha cumplido 25 años, Gaia.

También puede presumir de clubes de lectura; de haber sido escenario de una Ruta de los libros visibles y de un gran amigo invisible para ayudar a las librerías a sobrellevar la crisis generada por el coronavirus; y de que sean unas cuantas las obras literarias en las que aparece Benimaclet, además de en una colección sobre los barrios de València.

Y de contar en su vecindario con escritores, como a los autores de la trepidante ‘Napalm’ y al profesor de Filosofía que ha reflexionado sobre el uso de los móviles en la adolescencia, y de recibir a escritoras de fuera, como Lucía Etxebarría, o a Premios Nacionales del cómic, como Pablo Auladell y Ana Penyas, que es de Benimaclet.

Capítulo 3: El Benimaclet más solidario

Benimaclet es un barrio solidario. Aquí tenemos un comedor social impulsado por Cáritas desde 1994; uno de los nueve Cottolengos que existen en el mundo; la sede PayaSOSpital; la asociación sin ánimo de lucro sobre el daño cerebral adquirido Nueva Opción; una ONGD que traspasa las fronteras del barrio, GUP, y está dando sus primeros pasos la ONG Joves i Solidaris.

La tienda solidaria Piel de Mariposa, que recauda fondos para quienes sufren esta enfermedad rara, es ya un clásico en un barrio que ha acogido iniciativas solidarias, como una de Acción contra el hambre, o L’Escullera, un rompeolas colaborativo impulsado por un colegio del barrio ante la crisis que ha traído la pandemia. ¿Y cómo vivió Benimaclet el confinamiento por el coronavirus?. Pues desde el lado solidario, como no podía ser de otra manera.

Capítulo 4: Benimaclet a pie de calle

El callejero de Benimaclet encierra muchas curiosidades: desde una calle dedicada a un barón, a unas cuantas que homenajean a músicos, como Hipólito Martínez, o a médicos, como el doctor Vicent Zaragozá, entre otras muchas.

En una calle de este barrio en vivía el protagonista de una novela de Ferran Torrent, y contamos también con la calle más alegre, la del poeta que nunca estuvo aquí, o con nombres femeninos, como el de la Plaza Amparo Arce, donde se ubica uno de los jardines más nuevos del barrio. ¿Y quieres darte una vuelta por el barrio?. Una particular guía turística te será de ayuda.

Capítulo 5: El Benimaclet huertano y urbano

Benimaclet va unido indefectiblemente a la huerta, donde se puede encontrar una alquería centenaria que vende sus productos directamente al público. También cuenta con huertos urbanos, uno de los logros de la combativa asociación vecinal del barrio, y con un colegio que da muchas de sus clases en su huerto escolar. La amenaza a esa huerta en forma de PAI ha llevado a movilizarse al vecindario y ha conllevado el nacimiento de Cuidem Benimaclet.

Pero la huerta convive con un urbanismo muy especial, como el que representa el icónico edificio Espai Verd. Como el que obligó a configurar el tranvía que sustituyó al trenet. O como dos chimeneas industriales de ladrillo que son bienes de relevancia local. ¿Y sabéis cuál es su patrimonio histórico y arquitectónico más antiguo de Benimaclet?.

Capítulo 6: El Benimaclet sonoro y bailable

Si Benimaclet se puede leer, también se puede escuchar. Son numerosas las canciones en las que aparece el barrio, a las que hay que sumar el pasodoble «Benimaclet», que se estrenó en el Centro Instructivo Musical (CIM). De aquí es el grupo femenino de música electrónica Maluks, y hasta Benimaclet ha venido el compositor belga Jan Van der Roost, gracias a la Asociación Música Jove.

La ópera ha llegado a la plaza de Benimaclet, barrio en el que ancianos y mayores han cantado en un coro intergeneracional. ¿Que os gusta más la batucada brasileña? También tenemos, gracias a Embolic. Y si preferís bailar, contamos con dos escuelas de swing, y con un grupo de danzas valencianas.

Capítulo 7: El Benimaclet festivo y festivalero

Benimaclet es también un barrio de fiestas, festivales y eventos. Tiene unas fiestas patronales centenarias, que cuentan con su propio dulce; unas fiestas populares de reciente creación; su propio carnaval y, por supuesto, sus Fallas. Ha creado festivales como el conFusión, que cada año celebra por octubre su edición anual, incluso aunque haya pandemia, y que ha traído al barrio iniciativas como Hilando Vidas.

Solo aquí, donde está la sede de la Jove Muixeranga de València, encontrarás el Benimaclet T’Estime, el Ecomaclet -muy relacionado con los grupos de consumo del barrio- o el Benimarket. Podrás participar en la Festa Estellés, en su Mostra del llibre i del disc en valencià o en su festival de la tapa. Y ha acogido festivales como el Bucles o el Todas Fest, porque si hay un barrio feminista y comprometido con la mujer es Benimaclet, muy orgulloso de sus ‘jaqueteres’.

Capítulo 8: El Benimaclet teatral y cinéfilo

¿Y cómo no hablar de cine y teatro? En Benimaclet tenemos el Teatro Círculo, una sala de teatro alternativo que ha programado obras como un no-drama sobre el cáncer de mama o un espectáculo sobre las presas en el franquismo. Para quienes les guste el teatro de improvisación, contamos con Impromaclet, que actúa en las instalaciones de la Escuela Meme, donde también está la UBA.

Del cine siempre se cuenta que Almodóvar rodó en Benimaclet escenas de una película, pero quizá no sabes que aquí guardamos las joyas de la Filmoteca Valenciana, que tenemos un cine de verano, que también dejamos huella en los Premios Goya o que contamos en el vecindario con el cineasta Àlex Montoya. Y no me olvido de iniciativas como el Benimaclet Imaginacció o el Proyecto Totó.

Capítulo 9: El Benimaclet deportivo

El deporte no es lo mío, pero no puedo dejar de admirar al Picken Claret y el Sporting Benimaclet, ni olvidarme de que la esgrima tiene un papel importante en el barrio, así como el aikido, ni de que el maratón de València también pasa por aquí, o de que la pilota valenciana se enseña en algunas aulas.

Capítulo 10: Benimaclet y sus curiosidades

El capítulo por el que más de uno y una empezaría el libro: las curiosidades del barrio. ¿Qué tal ese balcón abarrotado de peluches?. ¿Un Benimaclet de la A a la Z?. ¿Y una visita a un taller de marionetas?. También quedaría bien un listado de catorce cosas que quizá no sabías. Y para rematar, lo que debes conocer para quedar como una persona experta en Benimaclet.

Epílogo: Benimaclet es Disfruta Benimaclet

El libro nos ha quedado un poco extenso, pero queda espacio para un breve epílogo, en el que contar qué es Disfruta Benimaclet, y cuál es su manifiesto.

Y para una dedicatoria, que podría ser esta: «A mi madre, que siempre pensó que mis artículos sobre Benimaclet podrían formar un libro. Seguro que está orgullosa, aunque ya no lo pueda hojear».

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