En Benimaclet puedes encontrar cinco clubes de lectura diferentes, impulsados por tres librerías del barrio, en las que generalmente una vez al mes la gente se reúne para comentar libros y compartir sus opiniones sobre ellos.
Se trata de las librerías Gaia, Estudio 64 y La Rossa, cuyos responsables han contado a Disfruta Benimaclet qué les llevó a impulsar estos grupos y cómo funcionan.
Los clubes de lectura de Gaia
Lola Samper, propietaria junto a Nuria Cuenca de la librería Gaia, lo tenía muy claro cuando hace ya cuatro años impulsó el primero de los tres clubes de lectura que tienen: “Es una manera de intentar dinamizar la librería, porque no puedes estar con la puerta abierta esperando a que entre la gente”.

Así que, como la librería lleva ya muchos años en marcha -abrió sus puertas en septiembre de 1994- echó mano de clientes que ya “son amigos” y les propuso embarcarse en esta aventura. En 2014 comenzó el club que dirige la escritora Isabel Barceló, autora de libros como Mujeres de Roma, en el que generalmente un miércoles al mes se suele conversar de libros tanto clásicos como contemporáneos escritos por mujeres o que les dan voz a ellas.
En opinión de Barceló, las ventajas de los clubes de lectura “son muchas”: ayudan a leer con regularidad, son una oportunidad para conocer distintos autores y temáticas a los que a lo mejor de otra forma no se accedería y, sobre todo, permiten compartir impresiones con los demás.
Enriquecer la lectura
“Es muy enriquecedor, siempre hay alguien que ve lo que otro no ha visto, y nos hace a todos más competentes como lectores”, nos cuenta la escritora afincada en Benimaclet, quien destaca que es una forma “más fructífera” de leer. Resalta que muchas de las 18 o 20 personas que asiduamente acuden a su club lo hacen desde el inicio. El motivo: “lo pasan bien”, enfatiza.
En 2015 dio sus primeros pasos el segundo club de lectura de Gaia, que se reúne un lunes al mes y que dirige el escritor y catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de València Justo Serna. Suelen versar sobre obras “más académicas” o “más consolidadas”, explica Samper.
Por ejemplo, recientemente leyeron Rojo y negro, de Stendhal. El último libro comentado ha sido El rey recibe, de Eduardo Mendoza, y próximamente será el turno de La ausencia, de Edurne Portela.

La novela negra a debate
En 2017 arrancó en Gaia un club temático sobre novela negra, que conduce el organizador del festival Valencia Novela Negra, Santiago Álvarez, autor de dos novelas de este género (La ciudad de la memoria y El jardín de cartón).
Su objetivo, según explica Santiago a Disfruta Benimaclet, es “que la gente se sienta como en el salón de su casa, que esté a gusto y no tenga miedo de decir lo que piensa», pues “todo el mundo sabe cuando lee un libro si le gusta o no, y por qué sí o por qué no”.
Recuerda que cuando empezaron se juntaban “un grupo pequeño en un rincón” de la librería, y ahora son “cada vez más”. “A veces nos tiramos una hora sin parar de hablar de un libro de 200 páginas, e incluso hay obras de las que seguimos hablando en los siguientes clubes de lectura”, destaca Álvarez, quien considera que todos los asistentes salen de las reuniones “con las expectativas superadas”.
Reivindica además que esto se haga en una librería de barrio, donde no es “peccata minuta” vender en cada club de lectura una veintena de libros, por lo que, al margen de “pasar un buen rato” y de impulsar la lectura, considera que se ayuda a “sostener un poco el tejido cultural”.
Gaia tuvo también durante un tiempo un club de lectura infantil, que funcionó “muy bien” pero sucumbió al exceso de actividades de los peques, explica Samper. Precisa que los otros tres clubes tienen en estos momentos cerrado el cupo de ingreso, pues “la experiencia ha demostrado que con más de veinte personas no se gestionan bien”.

Club sobre relato corto en Estudio 64
A finales de 2015, la librería especializada en ilustración Estudio 64 inició un club de lectura sobre relato corto, de la mano de la editorial Letra Salvaje, que durante dos temporadas se encargó de dirigirlo. Se reunía dos veces al mes, los martes y los jueves, y contaba con una veintena de asistentes, a los que la editorial entregaba material adicional, explica a Disfruta Benimaclet uno de los propietarios de la librería, Javier Undiano.
La tercera edición, que arrancó este mes de septiembre, la llevan ahora los propios componentes del club, que eligen los relatos y un martes al mes se reúnen en la librería de la plaza de Benimaclet para comentarlo y relacionarlo con la actualidad. El último ha sido La biblioteca de Babel, de Jorge Luis Borges, y el próximo será El diamante tan grande como el Ritz, de Scott Fitzgerald, sobre el que hablarán el 18 de diciembre.
“El club de lectura funciona muy bien y la gente está muy contenta”, asegura Undiano, quien explica que entre los asistentes tienen ahora mismo más mujeres que hombres y disponen de un descuento del cinco por ciento por comprar en la librería las obras para el club.

El club de La Rossa
La librería especializada en autoras femeninas La Rossa acaba retomar su club de lectura, que hace un tiempo no llegó a cuajar y ahora coge un nuevo impulso, coordinado por la profesora de Filosofía Àngels Lletí.
Comenzó en octubre con El cuento de la criada, de Margaret Atwood; continuó en noviembre con Una habitación propia, de Virginia Woolf, y en sus próximas citas se comentará V y V. Violación y Venganza, de Pilar Bellver (el 17 de diciembre), y Orlando, de Virginia Woolf.
Una quincena de personas asisten un lunes al mes a este club que, según nos explica a dueña de La Rossa, Alodia Clemente, siempre le pedían que lo pusiera en marcha y que supone “una forma de dar una segunda vida a los libros”, sobre todo a los que ya han sido presentados o son clásicos de la literatura.
No obstante, afirma que es una tarea “difícil”, pues hay gente que “se desengancha” cuando por ejemplo no le gusta la lectura propuesta para ese mes. Aunque como contrapartida se conoce a gente, ya que a estos debates acuden desde estudiantes a personas jubiladas y con diferentes inquietudes.
Teniendo en cuenta que, según el barómetro municipal de diciembre de 2017 sobre consumo cultural, en Benimaclet el 50’1 % de encuestados no había comprado ningún libro en los últimos tres meses, el 34’2 % había comprado uno, y el 15’8 % dos o más, tener cinco clubes de lectura en el barrio no está nada mal.
PD: Después de publicar este artículo, nos han contado que en la Universitat de Barri Autogestionada (UBA) de Benimaclet existe un grupo de lectura sobre pedagogías, en el que se debate sobre textos relacionados con la influencia de la pedagogía en nuestras vidas: desde la educación a la cultura, el arte o el activismo.