Benimaclet acaba de renovar la gran mayoría de sus murales urbanos, gracias a la última edición del festival conFusión. Disfruta Benimaclet ha hablado con sus autores para conocer qué han buscado plasmar en sus obras, y os propone una ruta para contemplar una veintena de ejemplos de este arte efímero que forman parte ya de la imagen del barrio.
Comenzamos junto a la iglesia de Benimaclet, en la calle Mare de Dèu de l’Assumpció. Hasta aquí ha venido, desde Madrid, Gerbos, quien hace dos años pintó un inquietante pájaro que acechaba a una persona y ahora lo ha cubierto con un “árbol de energía” (1) que nace desde el suelo y atraviesa el tejadillo que hay en este rincón.

“La obra trata sobre las energías, que es de lo que va un poco mi obra”, nos explica este artista de 30 años, quien a los 13 “ya manejaba esprays” y se mueve por el mundo acompañado de ellos: “Son parte de mí, allá donde voy pinto, según me apetezca y cómo me sienta”.
Avanzamos hacia la plaza y a mano derecha encontramos callejón de Sant Espírit, a cuya entrada nos recibe “This girl is not in a hat” (2), de Surreal Crew Art. Esta pareja artística, formada por Sergio, que pinta murales desde hace doce años, y Blanca, que lo hace desde hace tres, ha querido representar “a los niños y niñas olvidados y marginados”. Les gusta hacer “críticas sociales sutiles, mezclando el surrealismo y la descontextualizaicon de objetos”. Y como curiosidad, el año pasado pintaron los peces y los árboles del gran mural que había en este mismo lugar.
Al lado podréis ver el primer muro de Víctor Fernández, Breakvik, quien por primera vez ha llevado del papel a una pared un ejemplo del calligraffiti (3) que practica desde hace meses. “Es una disciplina que agranda el formato de la caligrafía para llevarlo a los muros y fusionarlo con lo abstracto, con ilusiones 3D, con metáforas y mensajes subliminales o directos”, nos cuenta el autor, quien agradece haber podido disponer en pleno centro de Benimaclet de un espacio para coparlo con sus letras.
A continuación, Lalusi ha creado “GTA PPvalència” (4), una obra inspirada en el famoso videojuego GTA para “reflejar las barbaridades que ha hecho el PP con un tono un poco cómico”. Esta autora, que siempre ha pintado al óleo y desde hace un año lo hace en la calle, nos asegura que el arte urbano “es necesario, porque al final permite cumplir la función del arte, es que llegue a toda la gente”.

Completa el callejón Chikitín, quien junto a compañeros de su grupo de arte urbano, denominado SNC, ha pintado una de sus caras clásicas con varios ojos (5) que se pueden ver ya en muchos puntos de València. Empezó con cuadros al óleo desde hace quince años y llevaba “toda la vida” queriendo pintar en la calle. El año pasado empezó a pegar cuadros suyos en papel por la ciudad, y a partir de ahí se ha dedicado a pintarlos directamente en las paredes.
Llegamos al final de la plaza y giramos a la izquierda, a la calle dels Sants, donde a mano izquierda encontraréis la persiana en la que Mae Maó (6) ha pintado la cara de un animal que es mitad león, mitad tigre.
Si al final de la calle torcéis a la izquierda, en la calle Sant Mateu, encontraréis primero el mural de Demesone (7), quien ha venido desde Madrid para participar por segunda vez en el conFusión y mostrar su obra, que se basa en simular paredes desgastadas en las que luego incluye elementos geométricos con volumen que flotan en el aire.
“Aquí he intentado simular una pared de una fábrica abandonada en la que ha habido un incendio, derrames de aceite, ha pasado de todo. Y lo otro es una fragmentación que está pintada de tal forma que, si te pones de lado al final del callejón, hace un efecto de anaformismo: se ve como un muro plano”, nos explica este artista, que lleva más de veinte años en el mundo del arte urbano.

A su lado, Juanjo Alba ha plasmado su visión de la diosa totémica de los Incas que representa a la madre Tierra llamada Pachamama (8), dentro de su serie “Natura”, en la que lleva trabajando unos dos años y sobre la que hace diseños distintos cada vez. Estudió Bellas Artes y se ha dedicado más a la pintura de caballete, aunque desde hace dos o tres años practica el arte urbano. El año pasado pintó una persiana en la calle Músico Belando.
El siguiente mural es “Amor rebelde” (9), el primero que ejecuta Sea, un autodidacta de 21 años que ha ido aprendiendo “viendo vídeos y currando” y que con esta obra ha querido rendir un homenaje a las intifadas de Palestina y mostrar “el amor que hay siempre detrás de cada revolución”.
Un poco más adelante está el “Mural pelut” (10) de Mar (Mardesards), quien un día escuchó un anuncio en el que una chica decía que no podía ir a la playa porque no estaba depilada y pensó que había que visibilizar este “absurdo”. “He pintado el cuerpo de una mujer con pelos, que es lo más natural”, nos cuenta Mar, quien hasta ahora había pintado encargos y esta vez ha elegido su propio tema, uno que le toca “de cerca como mujer”.
La guinda a este callejón la han puesto Victoria y Mar (Vik y Maraka), dos estudiantes de Bellas Artes dedicadas sobre todo a la fotografía y al desnudo femenino, que están cansadas de que en las redes sociales les censuren el pezón femenino. “Si no nos dejan poner pezones en nuestras redes sociales, vamos a llenar la calle de pezones y normalizar el cuerpo femenino”, indican a Disfruta Benimaclet.

Su obra incluye una treintena de pechos pegados en un muro (11) bajo la frase “Dos pezones os dieron la vida. Contra la sexualización y la censura”, y la petición de que la gente no se los lleve, pues en una ocasión anterior que hicieron una intervención similar desaparecieron en una noche.
Sigue ahora por la calle Masquefa hasta llegar al cruce con la calle Francisco Martínez, donde te esperan varios murales, entre ellos “El cazador” (12), de Yeko, una escena en la línea del fantasy art que practica, donde ha optado por una paleta de colores que le da “un aire otoñal”. Lleva dedicado al grafiti desde 2009 y ha participado cuatro veces en el conFusión (suya era la figura humana del año pasado que sujetaba una farola en el callejón de Sant Espírit). También encontrarás aquí otros murales, como los elaborados por las artistas Alba y Michelle (Alba & Mish) (13) o por Epoh (14).
Nos vamos ahora hasta la calle Enrique Navarro, a la altura del cruce con la calle Mistral. Bajo el antiguo depósito de agua te esperan “Gentrificación poética” (15), el primer mural de Cesarde, o el mural de Sopa de Olaya (16) en el que critica “el auge del fascismo global” a partir de historias que le llegan desde Brasil de gente a la que ama que está en peligro.

A continuación puedes ver “Censura” (17), de Dridali, quien se dedica al arte urbano desde 2017 y señala que ha querido mostrar un “basta ya” a la censura que se hace del cuerpo de la mujer en redes sociales y medios de comunicación. Este mural es conjunto con Àlex (Alexieltlvsk), que ha pintado el camaleón.
Y siguiendo por Enrique Navarro hacia Emilio Baró, giramos a la izquierda a la altura de la calle Juan Giner para llegar al final de nuestra ruta. Allí Mentalink ha pintado “Wake up” (18), que refleja ese momento de la mañana en que uno “no es persona” hasta que toma el primer café del día y por ello se ve “un ser interior que surge de nosotros con ansia cafeinómana”.
Al lado, un mural fusiona corrientes como el realismo y el horror vacui (19). Es obra de Javi The Illustrator (la geometría con texturas) y Jota Lo (los ojos y la nariz), quienes forman parte también de SNC. Además del muralismo, Javi trabaja también en el collage y el diseño gráfico, y dirige la revista artística en formato digital “Mossaic Magazine”.
Y hasta aquí nuestra ruta por los murales urbanos de Benimaclet. Podría ser aún más larga, pero si ves todas estas te harás una buena idea de cómo ha cambiado el barrio. Las imágenes de cómo se hicieron estas obras podrás verlas esta semana en la galería de fotos que publicaremos en el Twitter de Disfruta Benimaclet.
Que bé, quant d’art tenim a Benimaclet. Enhorabona als autors i per l’article. Moltes gràcies.
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