El Teatro Círculo de Benimaclet ha apostado en su programación por “La teta lisa”, un “no drama” sobre el cáncer de mama en el que se busca desdramatizar sobre la enfermedad y que demuestra que se puede hacer teatro sobre un tema tan estigmatizado “y no pasa nada”.
En el Teatro Círculo, donde llegó la obra la semana pasada y que vuelve a escena desde este jueves hasta el domingo tras triunfar en Madrid, reciben a Disfruta Benimaclet la autora y productora de la obra, Rosa Juan Devesa, y la protagonista, Cybele Buffile, quienes explican con entusiasmo todo el proceso que ha rodeado esta aventura.
El inicio de ‘La teta lisa’
Porque todo nació cuando Rosa, que iba a clases de dramaturgia, recibió el encargo de su profesor, Quique Culebras -quien se ha encargado del diseño de iluminación de la obra- de que escribiera sobre el cáncer de mama.
Ella no había pasado esa enfermedad, así que decidió meterse de lleno en un proceso de investigación que duró más de un año, para lo que dejó su trabajo en una farmacia.

Primero recopiló todos los libros que encontró en una biblioteca, donde la responsable le miraba “con cara de pena” porque pensaba que tenía cáncer de mama. Entonces vislumbró que así debían sentirse las mujeres cuando van por la calle con el pañuelo en la cabeza, sin cejas y sin pestañas por la quimioterapia.
“Me di cuenta de que realmente lo que me interesaba era la parte emocional de las mujeres” afectadas, explica Rosa, lo que le llevó a entrevistarse con mujeres “de todas las edades y condiciones sociales, con hijos o sin ellos”, que habían superado la enfermedad o que estaban en pleno proceso. Y las que acompañó a los hospitales a sus revisiones y a sus sesiones de quimio o de radio.
Esas mujeres le regalaron su amistad y unos testimonios que le permitieron tejer “La teta lisa”, donde se tratan desde el humor cuestiones como qué sienten las mujeres que sufren el cáncer de mama, cómo reaccionan quienes les rodean, o la sensibilidad de los médicos cuando comunican la enfermedad.
La obra alterna las partes más ligeras y de broma con las más duras y emocionales, las cuales no se verbalizan pero se muestran de manera metafórica gracias a las coreografías de Ramón Oller, la música de Dani Campos y la dirección de Laya Martí.

Una terapia para el público
La idea es mostrarlo “de una manera más desenfadada, que la gente pueda divertirse y a la vez emocionarse: creo que es una especie de terapia para el público”, señala Rosa. Esta valenciana nacida en Sueca, donde forma parte del equipo del Festival de MIM, resalta que la obra muestra en definitiva el crecimiento personal de una mujer cuando está pasando un trauma: en este caso es el cáncer de mama, pero bien podría ser la pérdida de un ser querido.
¿Pero cómo acaba un ejercicio de clase en un escenario?, le preguntamos a Rosa. “Con muchas ganas y con mucho esfuerzo, con muy poca ayuda y muy pocos recursos, pero con muchas ganas de llevar este mensaje”, asegura. Y considera “muy indispensable poner sobre las tablas estas cosas que son un poco tabú y de las que no se suele hablar”.
Por ello, agradece que la Sala Mirador de Madrid fuera la primera en atreverse a programar una obra que “no deja de ser una actividad artística: tiene música, baile y un texto que gusta mucho”, y que el Teatro Círculo de Benimaclet se haya interesado y haya apostado por este proyecto.
Admite que tienen que ser salas “más alternativas, que se atrevan con algo más especial y menos comercial” las que apoyen este tipo de teatro, “que al final es teatro como cualquier otro, lo que pasa es que no se suele programar”.

Cinco personajes
Sobre el escenario, a lo largo de la hora y cuarto que dura el espectáculo aparecen cinco personajes que sin embargo encarna una única actriz, Cybele Buffile. Explica a Disfruta Benimaclet que ha sido todo un reto interpretarlos a la vez, aunque le ha permitido ponerse en la piel de todos y ver sus perspectivas: desde el médico que comunica la enfermad, a la protagonista, su alter ego, su exmarido y la azafata que la acompaña en su viaje.
No obstante, reivindica que el personaje principal y de máximo peso en la obra es Olivia, una experta en arte y en Leonardo Da Vinci que se dedica a dar conferencias sobre “La Mona Lisa”. Es una mujer separada que trabaja, se ocupa de su hija, Lisa, lleva una actividad “frenética” sin tener mucho tiempo para pensar en ella misma. Y un día le comunican que tiene cáncer de mama.
A partir de ese momento se inicia todo un proceso de transformación, en el que la Olivia un poco superficial y egocéntrica experimenta un cambio radical en su escala de valores y acaba convertida en una mujer consciente de que la vida no es eterna y hay que vivirla con quienes realmente están a tu lado.

“Es un mensaje totalmente de esperanza, de optimismo”, asegura Rosa, quien explica que la gente sale emocionada del teatro y muchas veces esperan a la actriz para “darle las gracias y abrazarla”, porque se ha visto reflejada en la obra.
“Siempre me emociona muchísimo y me llega al corazón la reacción de la gente; para mí es lo más gratificante y lo que da sentido a mi trabajo, ver que la obra ha llegado”, indica Cybele.
Salir del teatro con la sensación de que “la vida es bonita” es algo que no ocurre todos los días. Todavía tienes la oportunidad de vivirlo los días 22, 23, 24 y 25 de febrero a las 20’30 horas en el Teatro Círculo de Benimaclet. Luego la obra se irá a Sevilla, donde participará en un festival de teatro creado por mujeres y mostrará que la enfermedad se puede afrontar también desde el arte.