Eres chica y te gusta el fútbol? Con esta pregunta, los jugadores del equipo amateur masculino del Sporting Benimaclet llenaron de carteles el barrio en 2022, a la búsqueda de chicas a las que les gustara jugar al fútbol y competir.
Tres temporadas después, el equipo femenino sigue saltando al último campo de tierra que queda en la Comunitat Valenciana, compite en la Segunda Regional Valenta, y reivindica que no solo se dedican a jugar, sino “a hacer piña”.
Quedamos con las jugadoras en el campo de Las Fuentes, a la sombra del Espai Verd, antes de un entrene. Ha empezado a llover, así que hacemos la entrevista a cubierto con cuatro de ellas en las precarias oficinas del club, a la espera de que escampe.
Una veintena de jugadoras
Nos cuentan que esta temporada 2024-25 acuden a entrenar de forma regular entre 20 y 23 jugadoras, de las que tienen ficha 18, por una cuestión de disponibilidad para ir a los partidos. La jugadora más joven tiene 19 años y la más mayor 31, con una media de edad de entre 24 y 28 años.
Muchas de las jugadoras viven en Benimaclet o están relacionadas de una u otra forma con el barrio. Bromean además con que son “muy internacionales”, pues la capitana del equipo es argentina y tienen tres alemanas y una francesa.
“Es un club bastante diverso, que te abre las puertas” y te hace “sentir como en casa” desde el primer momento, asegura a Disfruta Benimaclet la capitana, Valentina Iglesias.
La mayoría de las jugadoras tienen experiencia previa en el fútbol, a diferencia del grupo que se formó el primer año. Entonces la premisa era un poco “da igual de dónde vengas o el nivel que tengas, vente, prueba y si te gusta el ambiente y quieres comprometerte, adelante”, explica Marta Perdiguero, jugadora y secretaria del club.
Un equipo del barrio para el barrio
Reivindican la importancia del apoyo de Benimaclet para que el equipo pueda existir. “Somos un club autogestionado y el espíritu del barrio hace posible que podamos jugar; igual en otra zona sería un poco más complicado”, opina Carol Ugarte, que además de jugadora es una de las encargadas de las redes sociales del equipo.
Coincide con ella Alina Link, la otra responsable de las redes sociales y una de las alemanas del equipo, quien destacada que casi todos los patrocinadores son del barrio y que Benimaclet se vuelca cuando hacen fiestas en el campo para recaudar fondos con los que financiarse.
Llevan a gala el lema de ‘No som un club, som un barri’, y de hecho en sus camisetas verdinegras lucen con orgullo en la espalda la placa antigua que aún se puede encontrar en dos calles del casco histórico de Benimaclet que rememora su pasado como pueblo.
Un campo tierra donde pintan las rayas
Una de las peculiaridades de este equipo es que entrena y juega en un campo de tierra, el único que existe en la Comunitat Valenciana. “Hay veces que tenemos partidos en los que la gente alucina, porque nunca han visto un campo así”, afirma Carol.
No obstante, le restan importancia. “Estamos un poquitito acostumbradas y lo vamos llevando, lo que no quita para que necesitemos otro campo”, señala Valentina, quien admite que algunos equipos visitantes se llevan una sorpresa al verlo y se preguntan cómo jugar en él.
“Con lo que tenemos, se intenta sacar el mayor partido”, sostiene Marta, quien explica que con 7 años jugaba en su ciudad, Ávila, sobre tierra, pero la gente más joven no ha visto un campo así “en su vida”.
Las condiciones de este campo y el hecho de que el club sea autogestionado les lleva a hacer de todo: desde preparar la tierra a pintar las rayas con cal. Entre los cuatro equipos que juegan en Las Fuentes -el femenino, el juvenil y los dos amateurs masculinos- se encargan de que esté en condiciones.
No tienen duchas, pero eso tampoco les supone un problema. Como en general viven cerca del campo, al acabar de jugar van a ducharse a casa de alguna jugadora, antes del “postpartido”, el ratito que suelen compartir en algún bar de los alrededores.
Lamentan que han sufrido varios robos en las instalaciones, donde no hay mucho que sustraer, si bien el que les quiten material como por ejemplo balones es algo “muy valioso” para un club que no dispone de “mucha liquidez”.
Una especie de casal fallero
Vistas las condiciones en las que juegan y entrenan, es inevitable preguntar si hay que tener una pasta especial para estar en el Sporting. Se ríen y lo niegan, antes de reivindicar que aquí, a diferencia quizá de otros equipos, no solo se viene a jugar.
“El otro día lo comparábamos con una especie de casal fallero; no llega a tener ese componente cultural a lo mejor, pero sí de piña, de sentido de pertenencia”, afirma Marta, para quien el equipo es “una muy buena fuente de muy buenas amigas”.
Y es que cuando se ven las instalaciones, caben dos opciones: irse a otro club que tenga unas mejores, o implicarse en este, en el que hay que participar para mantenerlas. “Todas tenemos unos valores muy afines al club y al barrio”, asegura Carol.
Compromiso, trabajo en equipo y solidaridad son los principales valores que destacan del Sporting Benimaclet. Un club que “te abraza y no te deja ir”, asegura entre risas la capitana del equipo.
Más visibilidad del fútbol femenino
Reivindican que el fútbol femenino tiene actualmente más visibilidad y mucha más profesionalización que hace unos años, aunque creen que aún queda camino por recorrer. “Ha crecido muchísimo, hay más chicas apuntadas que antes”, señala Carol, quien cuando empezó a jugar federada había muy pocos equipos.
Oyéndolas hablar dan ganas de apuntarse a probar, algo que se puede hacer en cualquier momento contactando con ellas. Lo más fácil es hacerlo a través de su perfil de Instagram.
La lluvia no solo ha escampado, sino que en unos minutos ha caído un chaparrón que ha convertido el campo de tierra en un lodazal, por lo que se suspende el entrene. Recogen sus cosas y cierran las oficinas, donde colgado en un corcho pervive el cartel de 2022 que buscaba chicas para crear un equipo femenino.
Os dejamos aquí un extracto de la entrevista con las chicas del Sporting Benimaclet:
PD: Poco después de publicar este artículo, las chicas del Sporting tuvieron mucho que ver en la acogida de los animales damnificados por las inundaciones por la dana. Os lo contamos aquí.
Disfruta Benimaclet 