SOCIEDAD

Hablar de la muerte en un bar: así es el ‘death café’ de Benimaclet

Es posible hablar sobre la muerte tranquilamente mientras se toma algo en un bar? En Benimaclet sí, gracias a una iniciativa ciudadana que simplemente busca naturalizar un tema en torno al cual todavía hay mucho tabú y compartir experiencias.

Este ‘death café’, nombre con el que se conoce a las reuniones que se celebran en más de 80 países desde su nacimiento en 2011, se puso en marcha en enero de 2022 en el Kaf Café y actualmente se reúne en el bar Trellat, junto a las vías del tranvía, una vez al mes.

Una sesión del 'death café' de Benimaclet
Un momento del último ‘death café’ de Benimaclet, en el bar Trellat. ©DsftBenimaclet

Lo moderan Iris Almenara y Espe Sanz, quienes aclaran en todo momento que no se trata de un grupo de ayuda ni de apoyo al duelo, pues ni son psicólogas ni es el lugar donde hacerlo. Es solo un espacio de debate, en el que además se ríen mucho porque nunca faltan las anécdotas y porque no se hacen desde un prisma lúgubre.

Así empezó todo

El origen de esta iniciativa hay que buscarlo en una inquietud personal. “Cuando falleció mi padre hace siete años, empecé investigar sobre la muerte, porque es un tema del que no se nos habla: no estamos educados en la muerte, explica Iris Almenara a Disfruta Benimaclet.

Sus padres se movían en un ambiente religioso, pero ella necesitaba otras perspectivas filosóficas de lo que es la muerte y el morir. Así que empezó a leer libros, y un día acudió a la presentación en el hospital La Fe de València de la obra ‘La muerte y el morir’, de la editorial Escuela de Vida, en el que se analizan todos los aspectos de este proceso.

“Para mi sorpresa, me encontré en una sala llena de médicos, más cuatro amigos y yo que no teníamos nada que ver con la profesión”, rememora Iris. Y allí escuchó hablar a un representante de la Fundación Metta, que se dedica a acompañar a personas en el final de la vida y en el duelo, de los ‘death café’ que se hacían por todo el mundo.

Las coordinadoras del 'death café' de Benimaclet
Iris Almenara (izqda) y Espe Sanz (dcha), coordinadoras del ‘death café’ de Benimaclet. ©DsftBenimaclet

Un ‘death café’ en el barrio

Iris empezó entonces a investigar por Internet para saber más de esta iniciativa, una inquietud que aumentó más con la pandemia, cuando parecía que la muerte “estaba mucho más presente en todos lados”.

Buscó si se hacía alguno en València, pero solo encontró uno que organizaba una funeraria y no se reunía periódicamente. “Entonces pensé: me gustaría que en el barrio donde vivo, en Benimaclet, existiera esta iniciativa ciudadana sin ánimo de lucro, que simplemente buscase compartir experiencias”, explica.

Empezó a darle vueltas a la idea junto a Espe, que por aquel entonces se estaba formando como terapeuta y a la que también le interesaba el tema, y llegaron a la conclusión de que estaría bien organizar un ‘death café’. Pero cada vez relacionado con una temática, para hacer más dinámicas las reuniones y que no solo se hablara de la muerte en general.

Después de tantear a varios bares de Benimaclet, el 15 de enero de 2022 comenzaron las reuniones en el Kaf Café, con entrada libre y gratuita y un aforo de unas diez personas para que se pueda hablar y escuchar bien. Desde octubre de 2023, se hacen en el Trellat.

Asistentes a un 'death café' de Benimaclet
Participantes en el último ‘death café de Benimaclet. ©DsftBenimaclet

Un perfil muy diverso

El perfil de las personas que han participado en las cerca de una veintena de reuniones que han celebrado en estos dos años es muy diverso: lo mismo ha habido estudiantes Erasmus que jubilados, gente que va una vez y no vuelve y otra que repite, personas “más místicas” y otras “muy racionales”

“Al final todo el mundo aporta y suma, es raro la gente que se queda callada”, nos cuenta Espe, quien destaca que si por ejemplo acuden siete personas a la reunión acaban saliendo siete puntos de vista diferentes sobre un mismo tema, lo cual resulta muy interesante.

Insiste en que se trata de un “espacio abierto”, en el que se respeta todo y al que acude mucha gente que no se conoce entre sí, pero se consigue un ambiente “muy íntimo”, en el que se logra hablar con naturalidad de la muerte, y en el que a la vez hay “mucho humor”.

Risas y anécdotas

A estas reuniones, a las que la gente suele llegar porque las ha visto en Instagram o porque alguien les ha hablado de este espacio, no se viene a llorar, que para eso ya está la vida, sino a poner en común experiencias y opiniones. Y también a compartir risas.

No les han faltado las anécdotas, como cuando hablaban sobre ‘Muerte y famosos’ y un chico que había estado muy callado de repente dijo: “Ahora voy a hablar yo. Empezó a hablar de Jesucristo como el muerto más famoso que él había conocido. Cuando acabó dijo: yo me tengo que ir”. Y se fue, ante el estupor del resto, recuerdan entre risas.

Un momento del 'death café' de Benimaclet
Conversación sobre ‘Muerte y feminismo’ en Benimaclet. ©DsftBenimaclet

O como cuando Iris moderó una reunión en una librería de Alicante y unas adolescentes al acabar le dijeron: Qué bien, no nos vendéis nada, pensábamos cuando nos ibais a vender algo”. En ese encuentro también hubo quien tras tomarse dos copas propuso pasar de hablar “de la muerte pasiva, que es el morir, a la muerte activa, que es el matar”.

A veces participa también en estos encuentros en Benimaclet, que se suelen organizar una vez al mes, excepto en verano, y duran una hora o una hora y media, una tanatopraxista, que cuenta anécdotas de su profesión y sirven para romper el hielo.

De Benimaclet a Lanzarote

El ‘death café’ de Benimaclet ha servido de referencia para iniciar uno en Lanzarote. Iris, que es profesora de canto y poeta -el primer poemario que publicó versa sobre el duelo- nos cuenta que les contactó una enfermera de la isla que estaba de paso en València para saber cómo organizan los encuentros, y ahora se hacen allí.

Nos hemos pasado por el último ‘death café’ de Benimaclet, referido a ‘Muerte y feminismo’, del que nos llevamos un montón de recomendaciones sobre libros y películas, así como reflexiones enriquecedoras sobre la muerte, un tema del que se habla poco en nuestra sociedad, pese a que es una parte inherente de la vida.

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