SOCIEDAD

Las Harley-Davidson más solidarias rugen en Benimaclet

El característico rugido de las Harley-Davidson ha inundado este domingo el centro de Benimaclet con un fin solidario. Una semana después de que Melchor, Gaspar y Baltasar esparcieran su magia por las casas, han vuelto a lomos de estas míticas motos para repartir regalos a quienes menos han recibido estas Navidades.

Una treintena de Harley con cincuenta personas a bordo han formado esta peculiar comitiva, que se ha desplazado a Benimaclet con los tres Reyes Magos a la cabeza. Una vez en la plaza, a las puertas de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, han entregado de juguetes para varios niños y niñas, así como material escolar y unos ordenadores.

Concentración solidaria de Harleys en Benimaclet
Concentración motera solidaria en Benimaclet. ©DsftBenimaclet

Detrás de esta iniciativa está el club oficial que agrupa a los propietarios de Harley-Davidson de la ciudad de València -el HOG Valencia Chapter-, que además de hacer encuentros periódicos para rodar por las carreteras de la Comunitat Valenciana organiza cada año una entrega de juguetes y otros productos.

Un club solidario

“Todos los años contactamos con asociaciones que trabajan con niños en riesgo de exclusión y les facilitamos lo que ellos nos solicitan”, explica a Disfruta Benimaclet Miguel, el director del club, una vez acabada la entrega del material y mientras quienes pasan por la plaza de Benimaclet se sorprenden al ver tantos ejemplares de Harley-Davidson aparcados.

Este año ha sido la primera vez que han venido a Benimaclet, y lo han hecho de la mano de Cáritas, que según explica el responsable del club les ha solicitados juguetes para 69 niños y niñas, material escolar y cuatro o cinco ordenadores. Y con las aportaciones de las personas socias del club, han convertido en realidad esos deseos.

Con esta iniciativa solidaria han estado en muchos sitios durante los últimos años, desde hospitales a parroquias y centros, de la mano de asociaciones con las que colaboran.

Motos Harley en la plaza de Benimaclet
Algunas de las Harley-Davidson en la concentración de Benimaclet. ©DsftBenimaclet

“Somos un club solidario: allá donde nos llaman para dar apoyo a cualquier evento acudimos, no tenemos ningún problema”, afirma su director, quien señala que todas estas donaciones salen de las contribuciones privadas de cada uno de los socios.

Un club treintañero

El club oficial de propietarios de Harley-Davidson de Valencia se constituyó hace treinta años, con el objetivo de “rodar, conocer carreteras de la Comunitat Valenciana, disfrutar del buen ambiente, la buena compañía y de la gastronomía”, explica su director.

En la actualidad cuentan con doscientos socios y son un club muy activo, que recorre muchos kilómetros al año. Están en contacto con otros clubes similares, tanto en el ámbito nacional como el internacional, y de hecho el próximo mes de junio tiene previsto viajar con sus motos a Italia, y en agosto a Irlanda.

“Nuestra manera de evadirnos de la realidad que vivimos todos los días es la moto, asegura Miguel, quien forma parte de este club desde hace doce o trece años.

Salidas mensuales

El HOG (Harley Owners Group) Chapter Valencia organiza un evento un evento mensual, que es una salida por la Comunitat Valenciana, en la que se recorren 200 o 300 kilómetros y luego se vuelve a casa.

Una de las Harley concentradas en Benimaclet
Una de las Harley aparcadas en la plaza de Benimaclet. ©DsftBenimaclet

Cuentan con oficiales de actividades y capitanes de ruta, que eligen los sitios para degustar la gastronomía durante estas salidas. También celebran una cena mensual, y todos los jueves quedan para verse.

Entre los socios del club que han acudido a la cita solidaria de Benimaclet está Vicente, quien se apuntó hace veinte años, cuando se compró la moto, y después de un paréntesis alejado de él retomó su filiación hace tres o cuatro años.

La verdad es que estoy encantado, la junta directiva organiza muchos eventos que llaman mucho la atención y hay mucha hermandad; te lo pasas muy bien, porque todo el mundo comparte las mismas afinidades, y es una manera sana de hacer kilómetros, destaca.

Lo fundamental, aparte de conocer a gente y pasar buenos momentos cuando salen a sumar kilómetros, es “volver a casa sanos y salvos”, destaca Miguel. Les dejamos de conversación en la plaza de Benimaclet, ataviados con su ropa motera y con sus relucientes motos convertidas en lo más fotografiado en el barrio este cálido domingo de enero.

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