Hablar de ajedrez en Benimaclet es hablar del Gambito Benimaclet, un club donde personas de todas las edades ejercitan la mente gracias a esta práctica milenaria y que tiene su sede en el polideportivo de la calle Daniel Balaciart.
Un centenar de personas son socias de esta entidad que formalmente nació en 2018 de la fusión de dos clubes –el Gambito Valencia, fundado en 1944, y el Benimaclet, creado en 1989- y cuyo historia nos ha contado a Disfruta Benimaclet uno de sus protagonistas.

Del café al polideportivo
José Carlos Morenilla es miembro de la junta directiva del Gambito Benimaclet, pero antes formó parte del Gambito, creado hace casi 80 años por trabajadores de la Renfe -primero como peña y luego pasó a club-, que se reunían en un café ubicado al final de la Gran Vía Germanías de València.
“El ajedrez se practicaba por aquel entonces en cafés y en casinos, donde se formaban corrillos en torno a una mesa, con dos personas jugando y mirones alrededor”, nos cuenta Morenilla, quien aprendió a jugar en casa con su padre y con 14 años ya iba al club a practicar.
El club Gambito, probablemente el decano de València, había llegado a ser uno de los más potentes de la ciudad y uno de los primeros de España. Contaba con jugadores laureados y muchos campeones de Valencia individuales.
Pero tenía un problema: todos sus jugadores tenían de 65 años en adelante, lo que suponía que a pesar del prestigio y de los títulos que atesoraban estaban “en vías de extinción por edad”.
La solución llegó del reencuentro con jugadores que tras ser miembros del Gambito habían fundado en 1989 el Club de ajedrez Benimaclet, con sede en unas instalaciones deportivas municipales: el ajedrez había salido de los cafés para ser ejercido como deporte en un polideportivo.

Con la fusión, en la que el Gambito aportó “una historia laureada” y el Benimaclet su modernidad, además de que para entonces ya había logrado ser campeón absoluto de València en la categoría de división de honor, se formó una entidad “muy potente”, destaca.
Un tándem de gente joven y mayor
La unión de ambos clubes ha permitido “formar un tándem de gente joven y vieja”, destaca Morenilla. “Si nos hubiéramos quedado solos en el Gambito, seguramente no tendríamos en este momento más de 8 ó 10 jugadores vivos. Sin embargo, en el Gambito Benimaclet tenemos más de 100 socios, de los cuales muchos son niños de 7 años”.
Se han convertido así en “uno de los clubes grandes de València, por el número de socios y por la actividad”, reivindica Morenilla, quien explica que cuentan con equipos de ocho jugadores que compiten en todas las categorías del ajedrez valenciano, lo que supone convocar 64 jugadores cada semana.
No hacen distinción entre hombres y mujeres – los niños y las niñas estudian ajedrez juntos y compiten juntos-, ni de edad, de manera que en las competiciones participa “gente de 70 años y gente de 7 años”, explica.

Siempre han acogido además a todas las nacionalidades. “Con nosotros hay en el mismo equipo y además compitiendo en un tablero al lado del otro ucranianos y rusos”, reivindica Morenilla, quien destaca que han tenido en el club al niño ucraniano Iván Povshednyi, campeón de España de menores de 12 años.
Es además uno de los clubes que más torneos de todas las edades y de todos los niveles de competición organiza al año, en el polideportivo de Benimaclet y en otros en otros lugares que les ceden instituciones, para los que cuentan con “bastante material propio”, desde tableros y piezas a relojes, mesas y sillas.
Beneficios del ajedrez en niños
Aparte de los niños que acuden a jugar al ajedrez al polideportivo, donde coinciden con los que van a entrenar al fútbol o a practicar esgrima, personas del club enseñan esta práctica en una veintena de colegios como actividad extraescolar.
Tienen asimismo una Escuela de ajedrez en el polideportivo de Benimaclet, donde acuden niños y niñas de toda la ciudad a recibir clase, pues según reivindica el club persigue “el éxito en la élite, pero también ganar alumnos y la práctica del ajedrez en la infancia”.
Asegura que practicar ajedrez en la infancia tiene muchos beneficios, empezando por que el practicante se responsabiliza inmediatamente de sus actos, ya que ve al momento las consecuencias: hace una mala jugada, le comen la pieza.

Otras virtudes son que fomenta el aprendizaje -sabe que si su profesor le enseña una buena jugada la puede aplicar inmediatamente- y que permite practicar la deportividad: “el rival no es un enemigo, empiezas dándote la mano, terminas dándote la mano y aunque te duele la derrota sabes que después tendrás otra partida”.
Asegura que los peques disfrutan con este juego colectivo, porque son muy sociables y se lo pasan bien jugando con otros niños. Les enseñan desde cero “y lo pillan muy rápido”.
Juego abierto los viernes
Otra iniciativa del club Gambito Benimaclet es una aula práctica de juego, que abren todos los viernes por la tarde en el polideportivo y donde cualquier persona, sea o no socia, puede ir a jugar al ajedrez.
Además, son uno de los clubes pioneros en España en Composición y resolución de problemas de ajedrez, que se juega con las mismas fichas y normas que el ajedrez, pero una sola persona tiene que desentrañar, ante unas piezas colocadas estratégicamente en el tablero, cómo hacer mate en tres jugadas por ejemplo.
Morenilla destaca la vinculación que mantiene este club ajedrecístico con Benimaclet, y desvela que están pensando organizar un torneo en el parque que se ha inaugurado recientemente, en la calle Murta.

Ejercicio de la mente
El ajedrez “es una práctica deportiva para hacer ejercicio de la mente, como si fuera un músculo del cuerpo, y que da grandes satisfacciones cuando ganas las partidas y algún disgusto cuando las pierdes”, señala Morenilla con una sonrisa.
A punto de cumplir “más de 70 años”, explica que a diario juega o consulta posiciones, y destaca que el ajedrez es una actividad que difícilmente se puede convertir en profesión -lo habitual es que sea un deporte altruista-, pero “enorgullece al practicante y te acompaña siempre a lo largo de tu vida”, como si fuera “una parte importante del currículum”.
Considera que la serie televisiva ‘Gambito de dama’ ha atraído a gente a la práctica del ajedrez, sobre todo a chicas, aunque aclara que está basada en hechos que les ocurrieron a muchos jugadores geniales de ajedrez, no a uno solo.
Acabamos la conversación preguntándole qué le diría a alguien que esté pensando en apuntarse o no a aprender a jugar al ajedrez, a lo que Morenilla responde tajante: “Practicar el ajedrez es algo tan inocuo y tan satisfactorio que no debería tener dudas. Además, le garantizo que el tiempo que emplee no será un tiempo perdido, sino un tiempo ganado”.
