El Pabellón Deportivo Municipal de Benimaclet ha acogido este domingo una jornada gratuita de iniciación al Aikido orientado a la defensa personal de mujeres. Medio centenar de mujeres de distintas edades ha practicado sobre el tatami este arte marcial nacido en Japón en los años treinta del siglo pasado que busca “la no violencia, neutralizar al adversario sin causarle daño, o el menor daño posible”.
Así lo explica Disfruta Benimaclet el presidente del club deportivo Aikival, Rafael Balbastre, organizador de esta jornada en colaboración con la Asociación Alanna (para la que imparten clases destinadas a víctimas de violencia machista), el Ayuntamiento de València (cuya concejala de Deportes, Pilar Bernabé, no dudó en subirse al tatami a practicar), y la Federación de Judo de la Comunitat Valenciana.

La jornada se ha querido enfocar a la defensa personal pensando en las mujeres que están siendo maltratadas, “para que vean que no es necesario recurrir a la fuerza para defenderse, que hay una salida a los ataques que no implica hacer fuerza, y que con técnicas se puede llegar a evitar un ataque, sin sufrir daños”, afirma este Maestro Nacional de Aikido.
Arte marcial pacífico
Balbastre, que es 5º dan de Aikido, 3er dan de defensa personal y 1er dan de judo, reivindica que, frente a la violencia que supone un ataque, no hay que responder con otra violencia y con fuerza, sino con técnica para reducir al adversario, algo que “puede sonar muy a película o a libro, pero es posible”.
El presidente de Aikival explica que la mayoría de mujeres que han acudido este domingo al Polideportivo de Benimaclet “no había hecho ningún tipo de arte marcial”, pero han podido experimentar que “no es necesario ser físicamente un portento” para poder practicar Aikido, y en un momento dado, si llega el caso, permite “defenderse con lo aprendido”.

El escenario escogido ha sido Benimaclet, porque aquí es donde el club Aikival tiene la sede y practica todas las semanas: tienen clases los martes y jueves por la noche, y además los martes a mediodía imparten Aikido a mujeres víctimas de violencia machista, fruto de una colaboración con la asociación Alanna que comenzó hace ya cinco años y según Balbastre ha dado “muy buenos resultados”.
“Hay muchas chicas que se han apuntado también a las clases del club, porque han encontrado aquí un grupo de amigos que lo único que quiere es pasarlo bien y divertirse haciendo ejercicio”, explica el presidente de este club deportivo que ayuda a que las mujeres “se puedan defender con algún pequeño movimiento” en caso de ser atacadas.
Al tatami se ha subido también esta jornada otro Maestro Nacional de Aikido de Aikival, Vicente Tatay, quien señala a Disfruta Benimaclet que la intención “no es hacer Rambos ni enseñarle a nadie a hacer daño” , sino mostrar técnicas para que las mujeres “se sientan seguras” y tengan “confianza en ellas mismas”.

El club Aikival
Aikival surgió hace siete u ocho años, cuando gente que formaba parte de un club de judo y Aikido decidió formar su propio club solo de Akido, “más pensando en hacer defensa personal y no competición, como tiene el judo”, señala Balbastre. “No queremos competir con nadie, sino aprender, pasarlo bien y hacer un poco de deporte”, asegura su presidente y fundador.
Desde hace cinco años tienen la sede en Benimaclet, y en la actualidad cuentan con una treintena de socios federados, lo que les permite tener cobertura sanitaria en caso de necesitarla. Balbastre admite que a las artes marciales se suelen acercar más los hombres que las mujeres, pero reivindica que el Aikido es “idóneo” para que lo practiquen las mujeres, ya que “no requiere fuerza”.
Una vez al año, en torno al mes de febrero, organizan una jornada de puertas abiertas, para que la gente se acerque y pueda ver que el Aikido “no es nada esotérico ni raro, sino algo natural”, señala Balbastre. Este año, estas jornadas se ha enfocado a la defensa personal de las mujeres debido a la colaboración que mantienen con Alanna, y han invitado a mujeres de la asociación a practicar con ellos.

Balbastre nos cuenta que empezó en el Aikido en 1989, y desde el año 2000 imparte clases. Son ya 31 años “machacando el tatami, probando cosas” y haciendo cursos para intentar explicar las técnicas de forma que se aprendan mejor.
“En mis explicaciones procuro siempre colocar ejemplos de la vida cotidiana, para que la gente vea que cuestiones que hacemos sin darnos cuenta, como mover el brazo como si bebieras agua, se pueden utilizar para la defensa de uno mismo”, asegura este Maestro de Aikido, que no duda en hablar también de técnicas como “la de la moto”.
El aikido
El presidente de Aikival explica que el Aikido lo creó en Japón Morihei Ueshiba, quien tras practicar otras artes marciales “más violentas, más contundentes, vio la necesidad de hacer una que solo sirviera para defenderse y no para causar más conflicto”.
Así, frente a los golpes o estrangulaciones que se aplican en el judo o el karate, se centró más en controlar al atacante sin causarle un daño que luego fuera irreparable, de forma que “le tienes controlado el brazo pero no se lo has roto, o lo tienes inmovilizado pero no lo estás estrangulando”.
Durante dos horas, las mujeres que se han acercado al Polideportivo de Benimaclet han podido conocer de manera distendida cómo se puede neutralizar al contrario y actuar con tranquilidad en situaciones de conflicto, sin dañarle. No en vano, la traducción de Aikido es “el camino de la armonía del espíritu”.