Hace una década, en la región californiana de Silicon Valley se impulsó una modalidad de alojamiento orientada a los nómadas digitales de rentas medias sin cargas familiares: viviendas de calidad con espacios compartidos, para vivir en comunidad pero de forma independiente.
La fórmula, llamada coliving, se acabó exportando a otros países y en la actualidad se utiliza en nuestro entorno para referirse a una realidad menos glamurosa: la precariedad de compartir piso no por elección sino por necesidad, porque los precios de los alquilares son cada vez más altos, lo que repercute a su vez en la vida social de los barrios.

Reflexión desde el arte
Benimaclet no es ajeno a este problema, que ya forma parte de muchas conversaciones cotidianas. Y para poder reflexionar sobre él desde un enfoque artístico y cultural, el festival conFusión dedicará su próxima edición, que se celebrará el 19 y 20 de octubre de 2024, al coliving.
Es la primera vez que el festival de expresión artística nacido en Benimaclet hace once años, y que durante un fin de semana llena el barrio de música, arte urbano, exposiciones, charlas o teatro, pide a los artistas que deseen participar que sus propuestas giren en torno a una temática concreta.
Todo surgió cuando al empezar a preparar la edición de 2024 se invitó a los colectivos de Benimaclet para hablar de cuestiones que preocupan al barrio. En una dinámica de grupo se evidenció que muchas personas padecen este problema que se parapeta tras un anglicismo.
“Hace diez años un estudiante pagaba cien euros por una habitación en Benimaclet, ahora paga 300. A un propietario le sale más a cuenta alquilar su piso por habitaciones a estudiantes que a una familia: supone más dinero y se suelen ir al acabar el curso, por lo que tras el verano se puede alquilar a nuevos estudiantes a precios más altos”.

Visibilizar un problema
Así lo explican a Disfruta Benimaclet fuentes de conFusión, que señalan que el objetivo de esta edición es dar visibilidad a esta problemática en Benimaclet y ayudar a que la gente se informe y tenga una opinión propia, porque el coliving no solo afecta a quienes comparten piso.
“Va a cambiar la comunidad, porque se van a empezar a ir las familias, quizás algunas de toda la vida de Benimaclet, para que entre población flotante, que pueden ser turistas o universitarios” dada la cercanía de tres campus, señalan. Una población que “no echa raíces”, porque se suele ir al año o a los dos años, y por tanto no crea comunidad con su entorno.
Un festival incómodo
Desde conFusión admiten que este año el festival no va ser “tan festivo como los de siempre”, pues se va a centrar en un tema “incómodo, áspero”, que quizá se puede “malinterpretar” e incluso ha generado ciertas dudas en algunos integrantes de la organización.
Admiten que va a ser “un experimento” que no saben qué resultado va a dar, si bien se irán adaptando a las necesidades que surjan, por ejemplo cómo se puede adecuar un grupo de música a esta temática tan concreta.

“Vamos a estar muy al tanto, muy encima de los artistas, ayudándolos, proponiendo cosas y tratando de acompañarlos”, aseguran desde el festival. Desde el 17 de junio y hasta el 7 de julio está abierta la convocatoria para que se inscriban todos los artistas que quieran participar (puedes hacerlo desde este enlace).
Un vídeo y un manifiesto
Para ayudar a entender de forma visual el concepto sobre el que se invita a reflexionar, conFusión ha lanzado un vídeo en el que explica que el coliving se ha vendido como algo “chulo” cuando en la práctica está sirviendo para “expulsar” a gente de sus propios espacios y transformar las necesidades básicas en un lujo.
También han elaborado un manifiesto en el que se indica que el coliving no deja de ser “una bonita palabra en inglés” con la que se intenta “blanquear una realidad incómoda e injusta”: la de “vivir apiñados en pisos bajo condiciones precarias” y que encima eso se considere interesante.
“Es una realidad que nos desarraiga, degrada nuestros vínculos y nuestras comunidades”, expone el festival, que busca desde ya poner el foco y abrir el debate sobre el coliving, al que consideran “una experiencia para unos pocos y una necesidad para la mayoría”.

Argumentos para despertar
En el conFusión del año pasado hubo una actividad relacionada con esta problemática, en la que, bajo el simbólico título de ‘Exilio’, había una gráfica donde la gente colocaba pegatinas de colores según las características de su piso y lo que pagaban de alquiler.
Y resultó que en la zona de los 300-400 euros coincidió gente que aún pagaba un alquiler asequible por su piso, y gente que abonaba ese mismo importe solo por una habitación.
“Hay argumentos suficientes como para que la gente despierte”, explican desde el festival. Y animan a todo el barrio, una de las zonas de València donde más ha subido el alquiler en los últimos tiempos, a involucrarse en la edición más crítica del conFusión.
