Las sombras de ojos verdes de Benimaclet

Una silueta negra con ojos verdes ha tomado varios rincones de Benimaclet. Detrás hay un movimiento social y la mano de diferentes artistas que han alumbrado ya más de medio millar de estas misteriosas sombras por distintas ciudades de España y Europa.

“La magia de las sombras es que siempre pueden aparecer donde menos te lo esperas”, explica a Disfruta Benimaclet La Sombra, quien nos desvela que en la ciudad de València fue en Benimaclet donde se inició este movimiento.

Relación especial con Benimaclet

Es además el barrio donde más sombras hay, gracias a la gran aceptación que han encontrado aquí. E incluso se pueden encontrar por nuestras calles siluetas que no han sido realizadas por la sombra oficial.

“La miscelánea de Benimaclet es el lugar simbólicamente perfecto para iniciar un movimiento de alquimia cultural y social como es el de la sombra”, reivindica quien ha impulsado este movimiento.

Se trata de alguien que prefiere mantenerse en el anonimato -solo nos cuenta que es artista y tiene amplia experiencia en el arte urbano, el diseño, la comunicación y el marketing-, pues reivindica que lo importante no es quién esté detrás, y que personalizar la iniciativa le restaría misterio.

Una sombra solidaria

En todo caso, esta mente creativa dio vida a La sombra en agosto de 2023, con la intención de “generar algo nuevo” y a la vez formar parte de la sociedad de una manera productiva.

Por ello, tiene una vertiente solidaria: recaudar fondos de manera altruista en favor de la salud mental -un tema que destaca que ha sido tabú durante mucho tiempo pero los datos hablan por sí solos de la necesidad de atenderla-, a través de la venta de productos con este “logo” y de alguna pieza de arte.

Con lo que se recaude ahora se va pagar un taller de arteterapia para las niñas y niños de la Unidad Educativa Terapéutica de València, a quienes durante dos meses profesores del Máster de Arteterapia les impartirán esta asignatura.

“También es una forma de devolver algo a la sociedad después de ‘ensuciar’ las calles. No todo el mundo acepta o entiende el arte urbano”, afirma La Sombra, que asegura a Disfruta Benimaclet que lo último que busca es “malestar o enemistad con ninguna persona, establecimiento o institución”.

Los niños y las sombras

La sombra se expresa principalmente a través del arte urbano, ya que es en las calles donde “más posibilidades tiene de ser susceptible de formar parte de la vida de las personas y generar un mayor impacto”, asegura.

Tiene un diseño muy estudiado para que sea llamativo y entendible por todas las personas, incluidos las y los más peques. Suele nacer en el suelo, pues ahí es donde suelen estar proyectadas las sombras, y además están a una altura ideal para que las niñas y niños las introduzcan en sus rutinas y juegos.

De hecho, este reportaje surge de la llamada de atención de un niño de Benimaclet que se había fijado en todas las sombras que nos empezaban a rondar por el barrio y en las que los adultos apenas habíamos reparado.

“Muchas familias han comentado que juegan con sus hijas e hijos a buscar sombras de camino al colegio o en cualquier trayecto”, afirma La Sombra. Detalla que también existen grupos de whatsapp donde se comparten fotos de la silueta, y hasta un mapa colaborativo donde la gente apunta las que va encontrando o van apareciendo.

Ves una y ya no paras de verlas

Y es que una vez reparas en una de estas sombras, ya no dejas de verlas por todas partes. Son unas figuras en las que el color negro representa “el lado oscuro que todas y todos tenemos; la sombra de cada persona cuando la ve”.

El verde es el color “asociado al veneno, por lo que simboliza la toxicidad de unos ojos contaminados que ya ni se sorprenden ni juzgan al ver algo incorrecto, dañino o incoherente en nuestra ‘sociedad del bienestar’”, explica La Sombra.

No tiene boca ni brazos, representando “la incapacidad o la falta de ganas de hablar o actuar frente a lo que se observa”. Y finalmente se trata de una silueta estilizada, obra de “muñecas entrenadas en las artes plásticas, que resulta divertida e incluso entrañable para quien la ve”, afirma.

La sombra y los perros

La Sombra se ha encontrado en estos meses con algunas curiosidades, como el hecho de que algunos perros no se atreven a orinar en una esquina donde haya una sombra.

En general recibe mensajes de apoyo, ánimo y agradecimiento a diario: “Es increíble la aceptación social que está teniendo el proyecto y lo volcada que está la ciudadanía con la sombra y su causa”.

No obstante, afirma que existen opiniones diversas “y siempre hay quien no está de acuerdo, al tratarse de una iniciativa social representada a través del arte urbano”.

El futuro de las sombras

Hasta cuándo seguirán apareciendo sombras es algo que no se sabe, pues se trata de “un movimiento cambiante, que crece junto a la gente que lo sigue, apoya y colabora”.

¿Y aumentarán las siluetas negras de Benimaclet? “Crecerán si hay necesidad de ellas”, admite La Sombra, quien defiende que este es un barrio con unas características “de libertad de expresión e iniciativa social dignas de admiración y de ser ejemplo” para otros barrios y ciudades.

Benimaclet, debido a “las características de su gente y su cultura de pueblo/barrio, siempre ha sido un lugar de evolución y vanguardia cultural. También de presencia y convivencia de distintas formas de expresión”, afirma La Sombra.

Le preguntamos finalmente por cuál es la sombra de Benimaclet a la que le tiene más cariño, pero la parece difícil decidir. “Todas tienen importancia, ya que son las y los viandantes quienes se la dan a diario«. Quizás las más céntricas podrían ser las más destacables por su influencia”.